𝐒𝐢𝐞𝐭𝐞

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Paula abrió la puerta de su casa, indagando con la mirada por la presencia de sus padres

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Paula abrió la puerta de su casa, indagando con la mirada por la presencia de sus padres. Supo que Armando no estaba en casa cuando divisó a su madre en el sofá, con la televisión encendida y una botella de cerveza en la mano, completamente dormida. Solto un suspiro y le indicó al rubio con un movimiento de cabeza que la siguiera, eso mismo hizo. Luego de haber cogido unas pizzas de la nevera, caminaron directo hacia la habitación de la Argentina, con la intención de descansar un poco.

-Ire a cambiarme- Murmuro la morena, debido a que aún seguía empapada y llena de arena- En los cajones debe haber ropa tuya, búscala si quieres- Sin esperar respuesta de JJ, camino hacia el baño luego de haber tomado una muda de ropa que no se dignó en siquiera ver en que consistía. Estaba demasiado agotada como para fijarse en eso, sus brazos le dolían, al igual que la cabeza. Cuando se vio en el espejo supo que tendría millones de moretones al día siguiente-

JJ por su parte, encontró una camiseta vieja y unos pantalones que alguna vez dejó luego de haberse quedado a dormir. Porque prácticamente la casa de Paula era la suya también, pasaba la mayor parte del año junto a la morena, más en época de escuela, porque a JJ le constaba horrores levantarse y estudiar. Su mejor amiga tampoco tenía las mejores notas, pero si se sentaba a estudiar, en cambio, para conseguir eso en el rubio debías sobornarlo, o en el caso de la menor de los Acuña amenazarlo con golpearlo o quitarle sus porros.

JJ sonrió recordando la vez que Paula lo sentó en su escritorio y lo obligó a leer un libro, para así poder aprobar el examen. Luego, el salio de la escuela corriendo y dando saltos, con la hoja en la mano, corrió hacia su mejor amiga que lo esperaba impaciente y se lanzó a abrazarla, gritando que había aprobado el dichoso examen por el que no habían dormido nada. Bailaron, gritaron y vieron películas durante todo el día como un festejo.

-JJ ¿estás aquí?- Cuestiono la morena, moviendo una mano frente a los ojos del rubio. El chico sacudió su cabeza leve y asintió-

-S,si- Musito, sentándose en el suelo para comer la pizza. Paula imitó su acción, colocándose a su lado- Eh, Paula...-

-Dime- Al ver que JJ no seguía hablando, lo observo mientras llevaba la comida a su boca-

-Lamento lo que pasó en la playa- Dijo en un tono casi inaudible-

-Esta bien, JJ. No fue la mejor manera de parar una pelea, pero al menos hiciste algo- Contesto, queriendo tranquilizar a su amigo-

-No, fui un idiota- Se negó-

-Si, lo fuiste, pero para evitar que ese lunático nos ahogara- Se escondió de hombros- Hiciste lo que creíste que era correcto, pero la próxima no utilices un arma, intenta separarlos como haría cualquier ser humano decente- Aclaro la joven, alzando sus cejas. JJ rodo los ojos y llevo una porción de Pizza a su boca-

Por alguna razón, Paula siempre conseguía apaciguar a JJ, tal vez porque jamás lo juzgaba, si no que buscaba la forma de entenderlo, cosa que nadie más hacía. Tal vez por eso el rubio la escuchaba tanto, tal vez era porque la morena lo seguiría en cada una de sus locuras y lo apoyaría sin titubear, ella siempre lo seguiría y el la seguiría a ella. Porque JJ le debía su vida a la más joven de los Acuña, le debía las miles de noches que había curado las heridas causadas por su propio padre, le debía todo el dinero que había gastado en sus estupidas deudas con la policía, también el techo que le brindó cuando Luke lo echaba de su casa por estar con una mujer, o las incontables veces que se enfrento a una gran cantidad de personas solo por defenderlo a él; al inservible JJ Maybank. O al menos eso era lo que el creía de si mismo, una mentira que su padre le había obligado a creer desde la partida de su madre.

Tʀᴏᴜʙʟᴇ Iɴ PᴀʀᴀᴅɪsᴇᵒᵘᵗᵉʳᵇᵃⁿᵏˢˣʲʲDonde viven las historias. Descúbrelo ahora