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Aria se miraba al espejo mientras se ponía sus pendientes de diminutos diamantes, cortesía de Sirius en su cumpleaños, cuando sintió como unos brazos rodeaban su cintura y dejaban un beso en su cuello.

- Estás guapísima, amor - Katherine apoyó su cabeza en el hombro de su novia mientras le sonreía suavemente

Aria le devolvió la sonrisa a través del espejo girando su cuerpo hacia ella y la abrazó por el cuello dejándole un casto beso en sus labios. Aria la recorrió con la mirada viendo que había elegido un vestido negro corto y ceñido, sus tacones negros de aguja y sus labios rojos como la sangre con sus pestañas rizadas.

- Tú me superas por mucho - se mordió el labio Aria soltando una risa junto a Katherine - ¿Me ayudas?

La pelirroja asintió quitándole el collar de las manos y abrochándoselo con tranquilidad, aún les quedaban quince minutos antes de irse.

- ¿Estás segura de esto? - le preguntó algo preocupada la Rosier

Aria la miró con inseguridad, pensó en ella... Había estado en sus peores momentos esperando el momento adecuado para llevarla al abismo de la felicidad, había estado para ella cuando empezó a vender sus cuadros felicitándole y diciéndole cuan orgullosa estaba, había estado para ella sin pedir nada a a cambio y sin fallarle ni una vez. Incluso cuando Aria llegó a sus brazos con el corazón roto por Lily, sin saber que el de Katherine estaba igual por ella, la acogió en sus brazos sin la mera intención de soltarla.

- Si es contigo, estoy segura de todo - le dijo juguetonamente mientras le sonreía y la abrazaba - ¿Me ayudas con el cuadro?

Katherine asintió y las dos salieron de la casa cogidas de la mano, la pelirroja hizo la aparición en el patio de la casa de los Potter viendo como todos los invitados ya estaban allí.

Katherine miró a su novia dándole un leve apretón a sus manos unidad antes de entrar a la casa, una pareja de ancianos las esperaban para darles la bienvenida.

- Hola, cariño - la saludó su madre mientras su padre cogía el cuadro y lo llevaba con los demás - Katherine, cielo, estás hermosa

Katherine se sonrojó levemente por el halago dejando que Euphemia la cogiera de las manos.

- Gracias por decirme que estoy guapa, mamá - dijo Aria con ironía llevándose una mirada molesta por parte de la mujer

- Déjame halagar a mi nuera tranquila, y vete a saludar a tu hermano - le dijo echándole de allí - Está en su cuarto, venga, venga... Date prisa

ᴍɪɴᴇʀᴠᴀ || 𝗆𝖺𝗋𝖺𝗎𝖽𝖾𝗋𝗌 𝖾𝗋𝖺 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora