Tu regreso.

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En la habitación esperaba con ansias tu regreso. Dijiste que no tardarías mucho. Porque, después de todo, no te gusta hacer esperar a la gente.

Aunque sabía que no volverías, ahí me tenías esperando, sentado en tu cama, viendo el gran vacío de tu falta.

Seguía esperando a que llegaras y me vieras con esa diminuta sonrisa que solías darme a mí, únicamente a mí.

Quería verte entrar y que yo corriera a tus brazos. A veces te molestaba que hiciera eso, pero la mayoría los disfrutabas.

Nadie podía entender lo nuestro, ninguno sabía que me encantaba ir a misiones contigo sólo para estar un tiempo a solas lejos de los demás.

Aún recuerdo los días antes de que te fueras. Y el recuerdo me mata cada vez más.

—Mocoso, prepara tus cosas. Saldremos en diez minutos, no quiero que me hagas esperar.

Acate tu orden y ambos nos fuimos directo a la aldea de Suna.

Durante el camino me la pasé hablando de tonterías y sobre el arte, sólo tú contestabas cuando era necesario y el resto del tiempo solo me escuchabas.

—Descansaremos aquí por un breve tiempo antes de ir por el Kazekage.

—Claro, aunque no estoy tan cansado.

—No creas que no me di cuenta en el camino como querías descansar por un rato.

Y bien, me habías dado justo en mi orgullo.

—Bien, bien. Sí quería descansar.

Saliste de Hiruko y me mirabas con una bonita sonrisa.

—Admítelo: estás muy cansado.

—Sí claro, yo si tengo que caminar; en cambio, tú solo tienes que mover a tu gran marioneta y no te cansas.

Escuché tu risa baja. Después te sentaste a mi lado.

Tu profunda mirada café miraba hacia la nada. Y por mera curiosidad, comencé a hacerte mimos, buscaba tu atención un rato, ya que por fin estábamos a solas después de un largo tiempo.

—Mocoso, ¿qué intentas hacer?

Mi mirada estaba fija en tu cabello rojo, era hermoso cada mechón. Y siempre que podía, enrollaba uno de ellos entre mis dedos.

—Me he preguntado una vez, ¿se podrá hacer un peinado con tu cabello? Es lo suficiente como para hacer una pequeña coleta.

Tu expresión cambió, ahora estabas confundido. Eso me daba risa.

—Ni pienses que te dejaré que me peines.

—¿Por qué no? Sería genial.

Suspiraste y negaste, tuve que aguantar todas mis ganas de hacerte coletitas con tu cabello.

Por un momento, empezaste a sonreír. Y quise saber el porqué de tu sonrisa.

—Es por ti, mocoso —respondiste mientras me mirabas—. Me haces feliz. Eres especial.

Sentí un pequeño calor en mis mejillas y también sonreí.

—Mocoso —me tomaste de mis mejillas y dejaste un beso en mis labios, algo efímero pero eterno en mi alma—. Después de la misión, ¿te parece si vamos a algún local de comida, solo los dos? Puedes tomarlo como una cita.

Asentí emocionado, y te abracé por impulso y emoción.

Aún recuerdo tu risa cuando te abracé, dijiste que estaba muy emocionado solo por una cita contigo.

Y claro que lo estaba, pues eras tú, el hombre que me hacía sentir muchas emociones a la vez. A la única persona a la que amé. El único que me entendía perfectamente.

Aún sigo aquí, a pesar del tiempo, no me he movido ni un poco. Repaso cada palabra que me habías dicho. E inevitablemente lloraba como nunca lo había hecho alguna vez.

Te fuiste y dejaste un vacío en mi corazón, no esperaba tu partida, nadie lo esperaba. Pero nadie sentía el dolor que yo siento con tu partida.

Y ahora mi corazón espera tu regreso, mas sabe que nunca volverás.

~FIN~

~FIN~

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:'D

Esto pasó en un sueño que tuve, solo que yo decidí convertirlo en SasoDei.

Porque el sueño era con mi mejor amigo :'00

Y así como termina la historia, así termina mi sueño  <'3

Weno, bays  :3

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