Te amo.

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¿Por qué hoy en día cualquier palabra de amor ya no vale nada? Un simple Te amo ya no tiene el mismo valor de antes.

Antes, esa palabra significaba muchas emociones, varios sentimientos, pasiones, verdades.

Ahora ya no valen mucho para la mayoría de la gente. Lo toman como algo que cualquiera puede venir y decirte esas palabras con la mínima intención de provocar algo en ti.

Y todo eso le molestaba a este chico de cabellos escarlata, ojos profundos y cafés. Akasuna no Sasori.

Él era especial en esos casos. Para él, decir esas dos simples palabras, era una complicación. No era fácil para él. Apenas y pronunciaba un Te quiero a su pareja. Claro, ama mucho a su pareja, pero decir esas dos palabras era un reto.

Su pareja llegaba a decirle en algunas ocasiones que estaba siendo un poco exigente con esas palabras.

-Claro, sólo porque no te digo esas palabras ya me vas a engañar -soltó el pelirrojo bastante enojado a esos ojos azules que miraban todo confundido.

-¿De qué hablas? Sasori, no he hecho nada malo -recalcó el rubio.

-Esto qué es -le enseñó el propio celular de su pareja. En la pantalla se veía un chat con un amigo o lo que sean-. No sé quién carajos sea con el que me engañas. Pero, ¿por qué así? ¿Por qué jamás me lo dijiste?

-Sasori, te lo juro. Esto es un malentendido. No es como tú lo crees.

-No digas lo contrario, los mensajes ya me dejaron en claro todo: valgo poco para ti.

Hubo un rotundo silencio, el pelirrojo esperaba una respuesta u objeción más. No obtuvo nada, así que le pidió de forma amable al rubio que se fuera de su casa. El rubio resistió, rogaba entre lágrimas que le dejara explicarle la situación. No hizo caso a sus palabras, pues estaba cegado por la furia.

El rubio se sostenía en los hombros del pelirrojo, le pedía con insistencia que le dejará explicarle. Sus lágrimas salían de forma incontrolable, su expresión era pura tristeza.

-¡Sasori, por favor, déjame explicarte lo que pasó! -El rubio ya tenía la voz rota cuando ya estaban ambos en la puerta principal. El pelirrojo lo dejó fuera, cerrando frente a él la puerta-. ¡Sasori!

El rubio comenzó a golpear y tratar de abrir la puerta. No logró nada. Detrás de esta, el pelirrojo abrazaba sus rodillas y ocultaba su rostro.

Pronto los golpes cesaron y solamente se escuchaban sollozos detrás de la puerta.

Aguantó con todo su corazón salir e ir a abrazar a su rubio y decirle que todo estaba bien, que no había porqué llorar. Pero su furia lo dominaba en ese momento, seguía sin poder aceptar que el rubio pudo haberle engañado.

El resto del día trató de ignorar el tema que había pasado pero era imposible: las llamadas del rubio eran infinitas.

Y para olvidar todo decidió salir a beber en varios bares. Era incontrolada la forma en la que bebía. Incluso las luces y la música le llegaban a desesperar.

Cada día llegaba a casa con dolores de cabeza y su aspecto no ayudaba demasiado.

Tampoco ayudaba que cada que cerraba sus ojos aparecía esa sonrisa y ese azul que le iluminaba sus días. Eso le hacía tener una pequeña sonrisa, pues se había enamorado de una gran persona, han estado juntos desde tiempos difíciles hasta los más complicados. Y eso hacía que el pelirrojo se sintiera afortunado.

Hasta que descubrió los mensajes.

"Si tan sólo no hubiera abierto el chat por equivocación."

Mini Historias [SasoDei]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora