The Eight Ball (nolandquitelikeroda)

Capìtulo 4

"¡Camarero! "-    le llamo con un toque de ironía en mi voz y, sabiendo que los camareros odian que los llamen  'camareros', imagino que a mí me molestarìa aún más si fuera dueño del local.

Como quise demostrar, giràndose en mi direcciòn, con una mirada asesina, y se para de frente con una ceja levantada.

"Camarero, llama a tu hermano", dice con una fuerte molestia en la voz y los brazos cruzados sobre el pecho. "¿Qué es lo que necesitas ahora?"

"Tu nombre, por favor" Me encojo de hombros y lentamente bebo mi bebida que tiene más ginebra que limón en su interior.

"Mi nombre es Big Fish" dice en tono serio y  seca uno de los muchos vasos que acaba de lavar la rubia de antes.

Esta vez pongo los ojos en blanco y termino mi bebida de un trago, luego extiendo el vaso en su dirección.

"Big Fish, una ginebra doble esta vez"

The weeknd comienza a sonar en los parlantes con The Hills y veo al chico de ojos azules alejarse unos segundos antes de acercarse a mí de nuevo con un vaso lleno.

"Wooooo-ho, ¿alguien quiere emborracharme para llevarme a la cama esta noche?" Me eché a reír y levanté mi copa hacia él, simulando un brindis.

"¿Estás solo esta noche? ¿Tuviste una pelea con tu novia?" me mira con una ceja levantada y comienza a tragar su cerveza recién hecha.

Me rasco la barbilla con dos dedos y tomo un largo sorbo de mi bebida, sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda.

"No, en realidad quería saber tu nombre y no quería esperar hasta mañana". Me encojo de hombros, viendo una expresión de sorpresa en su rostro.

"¿Te gustaría una partida?" Señalo las mesas de billar detrás de nosotros.

"No puedo, estoy ocupado"

Deja su vaso en la parte inferior del mostrador y se aleja hacia el lado opuesto, yendo al rescate de la chica que estaba atendiendo sola a los distintos clientes.

Tal vez lo arruiné al venir aquí, podría tomar una cerveza de mi refrigerador y pedir comida para llevar, ni siquiera he comido hoy.

Me levanto del taburete y voy a las mesas verdes para poder ver las diferentes partidas en curso y tal vez aprender algunos trucos que podrían ser útiles.

Tengo la cabeza muy liviana gracias al alcohol ingerido y me encuentro sonriendo a todo el que pasa, arriesgándome a pasar por idiota.

"¡Hola amigo, llámame si quieres divertirte!" un chico pasa frente a mí agitando su mano y rápidamente desaparece detrás de una puerta negra mientras una expresión completamente confundida se dibuja en mi rostro. Niego con la cabeza, pensando que tengo que ponerme algo en los dientes y regreso al mostrador donde me espera mi taburete.

 Atendiendo a los clientes solo encuentro a la chica de antes que descubro que se llama Daisy y le pido un sándwich y una cerveza grande, solo para ir ligero. Espero pacientemente mi pedido y, tan pronto como mi cena aparece frente a mí, caigo completamente en ella sin prestar más atención a nada ni a nadie. Con todo este alcohol la vejiga se queja y también es bastante tarde, esta vez pago mis bebidas y me despido de Daisy, no sin antes preguntarle por el baño.

Es una linda chica, trabaja para sustentar sus estudios y por eso se merece todo mi respeto.

Camino hacia el baño en la parte trasera de la habitación y, mientras cruzo el pasillo estrecho, la puerta negra se abre ante mis ojos por donde había visto al chico de quien antes se dirigía primero, el mismo chico se detiene frente a mí, con la intención de ajustarse los jeans ajustados, e inmediatamente después sale el chico de ojos azules. 

Los miro sin decir nada, sin responder al chico que hace un seño y sin devolver el medio 'hola' del chico que se hace pasar por Big Fish.

Entro al baño sacudiendo la cabeza, y después de cambiar el agua a las aceitunas, salgo directamente hacia la puerta de salida sin mirar a mi alrededor.

Noto una presencia al lado de mi auto y empiezo a alarmarme.

"Será mejor que salgas de mi coche", exclamo en un tono bastante alterado y me apresuro a acercarme, descubriendo una presencia ahora conocida.

"¿Qué estás haciendo aquí?" Pregunto, abriendo el auto con las llaves.

"Quería despedirme, ya que no me has devuelto el saludo", dice y se aleja del auto acercándose a mí. Ahora estamos uno frente al otro, él un poco más bajo que yo y con los labios aún hinchados.

"Bueno, chau Big Fish"  pongo los ojos en blanco y me muevo, abriendo la puerta para poder entrar pero siento el tirón de la camiseta y me estrello contra la carrocería del coche.

"Llámame Louis", susurra con sus ojos en los míos y pone su mano detrás de mi cuello, haciéndome inclinar mi cabeza ligeramente en su dirección. 

Es un momento y encuentro sus labios añorando los míos, pidiendo acceso para poder tomar posesión de mi boca. Qué diablos está pasando ?! Quizás sea el alcohol. Tal vez sea el impacto, ¡diablos! Abro la boca ligeramente y siento su lengua hambrienta por la mía mientras su cuerpo, aunque sea diminuto, me empuja.

Me empuja contra la puerta del coche para poder frotarse contra mí.

Al darme cuenta de lo que está sucediendo, abro los ojos y lo muevo ligeramente, dejando que se separe de mis labios.

"Buenas noches Louis" pronuncio confundido y desestabilizado, subiendo al auto sin pensarlo dos veces y, mientras trato de cerrar la puerta, veo que sus dedos tatuados la detienen.

"Ahora quiero tu nombre"

Me mira con los ojos llenos de emoción y curiosidad, esperando mi respuesta.

Mientras tanto, retira las manos de la puerta y retroceda un paso.

"Harry Styles" asentí con la cabeza y cerré la puerta, y empezando a derrapar a toda velocidad para poder alejarme de ese lugar lo antes posible.

Enciendo la radio del coche con canciones pop y trato de mantener la mente libre, aunque me sea imposible.

Tan pronto como llego a casa, me tiro en el sofá y agarro mi cabeza entre mis manos, tratando de entender lo que pasó hace un rato. Toco ligeramente mis labios, todavía me siento hinchado y no es la única parte de mí que tiene un bulto.

"¡Infierno!" Grito para poder desahogarme y agarro una almohada para poder tirarla al centro de la habitación.

¿Por qué mi cuerpo se excitó con ese contacto? Me arrastro bajo la ducha para poder enfriarme y, después de haber concluido con la nada de todos modos, me tiro en la cama con la cabeza pesada y con pensamientos aún más confusos.