The Eight Ball (nolandquitelikeroda)

Capìtulo 15

"¿Me estabas esperando?" Le pregunto, tratando de contener una sonrisa estúpida.

"Tengo el día libre, ¿vas a salir conmigo?" Libera sus pies de la intersección y abre la puerta detrás de él para invitarme a entrar.

Sin pensarlo dos veces, asiento con la cabeza y me subo al auto, fingiendo una reverencia antes de sentarme, él da la vuelta y se sube al lado del conductor.

"¿A qué  debo esta sorpresa?" Me pongo cómodo y siempre giro un poco para poder mirarlo.

"Quería pasar tiempo contigo, ya sabes... estar juntos, conocerte màs, cosas así". se encoge de hombros y vuelve a concentrarse en conducir, deslizando una mano por mi rodilla.

"Me gusta este programa".

Lo admito abiertamente y me siento y espero para saber a dónde me lleva.

Tan pronto como me doy cuenta de la señal que indica Brighton, me vuelvo hacia él y abro los ojos teatralmente.

"¿Me llevas al mar?" Estiro dos dedos a su mejilla para poder jalarla.

"Detente con estas manos, ya odiaba a los que me pellizcaban las mejillas cuando era joven" pone los ojos en blanco y pellizca mi pierna, provocándome un ligero escalofrío. "Y de todos modos, sí, es un gran lugar para hablar".

Sonrío como un niño y me giro para mirar el camino que discurre ante nuestros ojos, colocando mi mano sobre la suya.

Casi llegamos a destino, el celular vibra en mi bolsillo y lo saco con mi mano libre notando la llamada entrante de Grace.

Maldigo mentalmente y respondo, dándome cuenta de que solo quiere charlar para perder el tiempo.

"Grace, estoy en el trabajo y lo tendré todo el día, me haré oír despuès. Un beso". Dejo la llamada y siento los dedos de Louis apretar mi muslo tan pronto como escucha la palabra beso.

Pienso en las palabras de Kelly y me doy cuenta de que solo quiero disfrutar mi tiempo con él, así que apago el teléfono y lo vuelvo a guardar en mi bolsillo, decidido a no volver a sacarlo.

El silencio cae en el auto y escucho a Louis aclararse la garganta.

"¿La amas?", Pregunta con apatía, dejando sus ojos en el camino.

Lo pienso antes de responder y al final decido decirle la verdad.

"No lo sé Louis, te soy sincero, ni me lo pregunto porque a lo mejor todo es cuestión de monotonía".

Suspiro y dejo que mi mirada lo recorra mientras él asiente con la cabeza a mis palabras.

Poco después aparca el coche y baja para poder caminar por la acera que bordea la playa.

"Háblame de ti Harry."

"¿Qué quieres que te diga? Soy como me ves, tengo veintisiete años, me fuì tan temprano de casa para poder ejercer el trabajo que me gustaba y permaneciendo en un pequeño pueblo de provincia pude hacer muy poco". Mis padres querían que estudiara en la universidad algo así como economía o derecho y por eso nuestras relaciones ahora están rotas, por lo demás... vivo al día, lo que ves soy yo, no tengo doble vida o quién sabe qué extraño personaje.

Sólo soy yo. Me gusta dormir y holgazanear, mi casa es un desastre pero ¡Cuidado de estar desordenado en el trabajo! Me gusta la comida, la cerveza y a veces jugar al fútbol, ​​escucho mucha música y últimamente he descubierto la belleza del billar." me encojo de hombros y sigo caminando mientras el atardecer se asoma al mar, regalándonos una obra de arte frente a nuestros ojos.

"Te diré la respuesta a tu siguiente pregunta, soy mayor que tú, tengo treinta años y me gusta la buena comida, la cerveza y el billar también. Tengo un montón de hermanas menores por toda Inglaterra y llego a llamarlas muy seguido. Abrí el pub justo después de la secundaria con la ayuda de mi padre que amaba el billar y tengo los mejores recuerdos de él relacionados con este juego. Por lo demás, soy como me ves ".

Seguimos hablando un poco de lo que nos gusta y un poco de nuestro pasado para poder entrar uno en la vida del otro y a Louis no le faltan preguntas incómodas que me ponen en aprietos. Tal vez disfruta avergonzándome o tal vez soy yo quien tiene demasiados problemas aquí, probablemente la segunda opción.

Pasamos frente a un restaurante con vista al mar que desprende un delicioso olor a pescado y decido invitarlo a cenar para llenarnos un poco el estómago dada la hora.

"¡Pescado esta noche!" Louis exclama divertido y recibe un empujón antes de entrar.