Lección

2.6K 129 343
                                    

Las horas pasaron, el pequeño finalmente se despertó. Observó a sus alrededores, todo estaba oscuro, y cuándo intentó moverse se dió cuenta de qué estaba atado. Todo su mundo se había ido abajo, Amami había muerto, ya no le quedaba nada, Shuichi le había quitado a las personas qué más quería. Primero Gonta, luego Kaito, luego Rantaro y por último Kaede... Todos ellos habían muerto por su culpa, él era el qué merecía morir.

Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar la puerta del sótano abrirse, seguido de unos pasos bajando las escaleras: Era Shuichi, el cuál encendió la luz y observó al menor con una sonrisa y un leve rubor en sus mejillas.

— Shuichi: Buenos días~!

— Kokichi: Pierdete...

— Shuichi: Qué maleducado eres Ouma-kun... -Rió- ¿Me perdiste el miedo? Aw... Eso es una pena... Supongo qué tendré que adiestrarte pará qué sepas cómo comportarte conmigo, pequeño grimlin~

— Kokichi: ¡N-no soy tu jodida perra! Vete a la mier-!

El menor fue interrumpido por una bofetada qué le dió el contrario. Comenzó a llorar, sentía bastante impotencia y rabia, aún qué también sentía qué era una basura qué no valía nada por no poder defender a sus amigos.

— Shuichi: Cállate pequeña mierda, no te he dado permiso de hablar.

El detective agarró un cúter de la mesita qué estaba al lado de ambos. Le cortó la camiseta al menor, luego hizo lo mismo con el pantalón. Comenzó a hacer cortes por todo el cuerpo del pequeño, haciendo qué éste soltará fuertes quejidos mientras lloraba.

— Kokichi: D-duele, d-detente!!

El detective agarró un látigo y con este azotó fuertemente las piernas del pequeño. El menor soltó un fuerte quejido mientras intentaba desesperadamente soltarse.

— Shuichi: Te he dicho qué te calles.

El peli azúl nuevamente azotó al menor con el látigo, amaba escuchar sus gritos de dolor. Lo hizo un par de veces más hasta qué se aburrió, así qué desató al menor y lo agarró del pelo y lo tiró al piso y piso fuertemente su entrepierna.

— Kokichi: ¡Aah! ¡¡D-duele!! -Lloraba desconsoladamente mientras intentaba quitar el pie del mayor de su entrepierna-

— Shuichi: Eres una maldita puta entregada. Dime, ¿Cuántas cosas hiciste con Rantaro? ¿Cuantas veces ese asqueroso te tocó aún sabiendo que tú eres mio?

— Kokichi: M-mnhg.. ¡N-nunca hicimos eso!

— Shuichi: No me mientas, rata.

El peli azúl pateó fuertemente al menor, estampandolo contra la pared y comenzando a darle varias patadas. El menor se hizo bolita mientras lloraba y temblaba.

— Kokichi: ¡N-no estoy mintiendo! ¡L-lo juro! ¡P-porfavor detente!

— Shuichi: Aún qué no me estuvieras mintiendo, aún así voy a limpiarte, me desagrada saber qué pueden haber fluidos de ese idiota dentro de ti.

Dijo mientras encendía un cigarro, luego agarró al pequeño del pelo e hizo qué levantará sus caderas y pegara la cara contra el suelo. Se bajó el pantalón y la ropa interior pará luego introducir su miembro dentro del menor y dar embestidas sin piedad alguna. El pequeño gritaba del dolor, Shuichi estaba siendo muy brusco, mucho más qué antes.

— Kokichi: ¡D-duele! ¡A-ah! ¡D-detente! ¡T-te lo ruego! ¡¡A-ahh~!!

— Shuichi: Vamos, gime cómo la perra qué eres....~

El peli azúl comenzó a quemar las piernas y glúteos del menor con el cigarro a la vez qué sonreía de manera burlona. El pequeño no paraba de gritar, eso hacía qué se excitara bastante. Azotó un par de veces el trasero del menor, luego se terminó corriendo dentro de él. Ouma abrazó sus piernas mientras lloraba, se sentía bastante miserable y usado.

El detective nuevamente le ató sus manos y pies y salió del sótano sin decir nada. El pequeño observó cómo se iba con una expresión vacía, cerró sus ojos pará poder dormir, no quería saber nada, sólo quería dormir y no despertar más. Quería reencontrarse con todos, pedirles perdón por no poder defenderlos. Luego de unos minutos, se quedó profundamente dormido.

 ִֶ   𖡙 🎭 ⩇⩇ 𖥦 𝙋𝙤𝙧 𝙩𝙞 𓎏 ❕ 𖣯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora