Repartidor

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Una semana pasó. El menor ya no se negaba a nada de lo qué dijiera Saihara. Ya no le quedaba nadie, era inútil escapar (según él), se dejaba tocar, dejó de sonreír, era cómo un robot, un robot qué fue creado únicamente para seguir órdenes. Sentía qué merecía todo eso por no poder salvar a sus amigos. Se había convertido en el juguete de Shuichi.

— Shuichi: ¿Ya terminaste? -Preguntó mientras veía cualquier cosa en su teléfono-

— Kokichi: Sí... -Respondió mientras se dirigía hacía la cocina para guardar los utensilios de limpieza-

— Shuichi: Voy a pedir pizza, ¿De acuerdo?

— Kokichi: Okey. -Dijo en voz alta desde la cocina-

El pequeño guardó los utensilios de limpieza y luego volvió a la sala, sentándose al lado de Saihara con una expresión vacía, sólo pensaba en morir. Esperaba con todas sus fuerzas qué Shuichi lo matará pronto, quería estar con Rantaro otra vez... Con Gonta, y con Kaede, ya qué sabía qué la pianista había sido terriblemente manipulada para hacer eso y no tenía la culpa de nada. El pequeño observó por el rabillo del ojo cómo había alguien asomándose por la ventana... Espera- ¿Alguien los estaba espiando? Cuándo volteó a ver no había nadie. Aquéllo le generó algo de inquietud ya qué era de noche.

— Kokichi: U-uhm.. ¿Puedo cerrar las cortinas?

— Shuichi: De acuerdo..?

El menor se levantó del sillón y rápidamente se dirigió hacia la ventana. Observó cómo alguien rápidamente se metía dentro de un arbusto. Sólo pudo ver un ahogue blanco... ¿Había sido un gato-?, decidió no prestarle más importancia y cerró la cortina y volvió a sentarse al lado de Shuichi. No tenía nada qué hacer así qué encendió el televisor.

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¿Y si tiene un arma?

Nosotros también tenemos

Su buena suerte se acaba ahora

¡Vamos a por ese hijo de puta!

¡Baja la voz!

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Unos veinte minutos después, tocaron la puerta. Saihara se levantó y se dirigió hacía la puerta y la abrió. El repartidor tenía una gorra y una mascarilla negra qué le cubría el rostro, pero Shuichi no le prestó atención a ese detalle. Agarró la pizza mientras sacaba el dinero de su bolsillo

— Shuichi: Gracias. -Dijo mientras le daba el dinero al contrario-

— Repartidor: De nada, Shuichi.

El peli azúl se dió la vuelta mientras cerraba lentamente la puerta, hasta qué se quedó quieto al darse cuenta de qué el contrario lo había llamado por su nombre. Se dió la vuelta con una expresión seria, por alguna razón sentía un mal presentimiento..

— Shuichi: ¿Disculpe?

— Repartidor: ¿Uh? -El chico se dió la vuelta para ver al detective-

— Shuichi: ¿Cómo sabe mi nombre?

El peli azúl frunció levemente el ceño, el contrario solamente se le quedó viendo. Luego de unos segundos, se quitó la mascarilla qué traía puesta y observó al detective con una sonrisa.

— Repartidor: No lo se... Pregúntale a ellos.

— Shuichi: ... ¿Korek-?

El peli azúl no pudo terminar de hablar debido a que el contrario le lanzó tierra en la cara; cerró sus ojos mientras tosía, lo siguiente que sintió fue cómo era tirado al piso. El peli morado al ver aquéllo puso una expresión nerviosa mientras se levantaba del sillón.

— Kokichi: ¿Q-qué está pasando..?

— Shuichi: M-maldito idiota...

Saihara le dió un rodillazo al de cabellos negros para qué se quitará de encima, pero fue en vano. Observó cómo Harukawa e Iruma entraban. Cuándo intentó moverse Korekiyo aprisionó sus manos con cuerdas y le dió un rodillazo en su parte baja para qué dejará de soltar patadas.

— Miu: ¡Mata a este maricón Maki! -Dijo alegre-

— Kokichi: ¿Harukawa-san..? ¿Iruma-san..? ¿Shinguji-kun-?

— Maki: ¿Estás bien? -Preguntó mientras se acercaba al de menor altura-

— Kokichi: ¿Q-qué hacen aquí..?

— Shuichi: ¡Mátalos Kokichi! ¿¡Que acaso no te das cuenta qué van a trai-!?

El peli azúl fue interrumpido por Shinguji, el cuál el tapó la boca con cinta.

— Miu: A callar, perra.

— Maki: Estamos aquí para salvarte, Ouma.

— Kokichi: P-pero.. ¿P-porqué? Yo no valgo la pena... Merezco morir por no defen-... -El pequeño fue interrumpido por una bofetada qué le proporciono Harukawa-

— Maki: Kokichi -lo agarró de los hombros- no digas eso, no mereces morir, gente cómo tú no.

— Kiibo: E-emm.. ¿Ya puedo pasar? -El robot se asomó por la puerta principal con cierto miedo-

— Miu: ¡Sip! El idiota ya está atado.

— Kiibo: O-okey...

— Kokichi: ... H-harukawa-san.. -Lagrimas salian de sus ojos-

— Maki: No llores.... -acarió la cabeza del menor- todo estará bien ahora.

— Korekiyo: Perdón por interrumpir, pero no tenemos mucho tiempo...

— Maki: Ah... Sí..

— Kokichi: ¿Cómo se dieron cuenta de esto..?

— Maki: Él nos lo contó -señaló hacía la puerta-

— Kokichi: ¿E-eh?

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Wuuu intriga. Eso sería todo mis niños, tomen awita y cuídense.

Shuichi xupala.

 ִֶ   𖡙 🎭 ⩇⩇ 𖥦 𝙋𝙤𝙧 𝙩𝙞 𓎏 ❕ 𖣯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora