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Derek había vuelto esta tarde, y con él habían vuelto las cenas con aquellos trajes de sastres.

-¿Qué hacías en tu tiempo libre en Nueva York?

-Pues salía a correr, estudiaba, bailaba. -levanté la vista con cuidado para ver su reacción.

-Te lo prohibieron, ¿No es cierto?

Apreté los labios como respuesta.

-¿Lo hechas de menos?

-Todos los días. -respondí con sinceridad.

Derek asintió y no volvió a abrir la boca.

Al día siguiente me desperté gracias a unos ruidos de martillazos en la habitación continua. Me puse una bata sobre la pijama y fui a ver qué pasaba. Habían unos trabajadores haciendo algo. Derek estaba apoyado contra una pared supervisando todo.

-Tu estudio de baile. -me contestó sonriendo.

Si no lo conociera, hubiera creído que es un gesto adorable.

-¿En serio? -no podía negar que la idea me llenaba de ilusión.

Derek camino hasta mí y me miró de frente.

-Sólo hay una condición.

-¿Cuál?

-Bailarás para mí cuando te lo pida.

Bailar era mi vía de escape, y ahora lo necesitaba más que nunca. Así que sin tener opción, asentí.

-¿Por qué haces esto? -le pregunté.

-Porque aunque no lo creas, me gusta ver cómo se te iluminan los ojos cuando estás feliz. Porque cuido lo que me importa.

No pude evitar que una sonrisa se escapara de mis labios.

Derek parecía sorprendido, no se lo esperaba.

-¿Gulf Kanawut sonriendo? -interrogó sarcásticamente alegre. -Algo debo estar haciendo bien.

-Si no hubieras hecho las cosas mal, te regalaría sonrisas a todas horas.

Derek asintió despacio.

-Tenerte conmigo calma la bestia en mi interior.

Se apartó de mí y señaló el estudio en proceso.

-Esto me recuerda a tu madre, ¿sabes?

-¿Cómo era ella?

Mi padre nunca me hablaba de ella, decía que lo lastimaba. Ahora empezaba a dudar mucho aquello.

-Era alegre y divertida, una bailarina excelente. Tenía un inglés bastante fluido.

-¿Fueron tus padres quien se la presentaron al mío?

Asintió, pero noté que ocultaba algo.

-Ella se quedó embobada por él.

-Pero fue él quien le prohibió bailar, ¿cierto? -algo tenía que sacar de aquella conversación.

-Creo que fue más bien el hecho de que ella se enamoró tanto que encontró en él lo que buscaba del baile.

-Son cosas diferentes. -pensé en voz alta.

Sólo se encogió de hombros.

-Estando conmigo siempre podrás bailar.

Y esas palabras, aunque fueran dichas de la boca del enemigo, me hicieron sentir bien.

Y así fue como él y yo empezamos a llevarnos bien, o al menos de mi parte, a aparentar. Entendía que era mejor unirme al enemigo. Pero Derek Kozel pareció volverse adicto a mi compañía en los últimos días.

Vendetta. [MewGulf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora