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Nos llevaron en autos blindados al aeropuerto. Al llegar a Miami contábamos con sólo dos días para terminar de organizar el operativo para luego contar con otros dos días en los que nos aseguráramos de que no se cometería ningún error. Martín me había explicado que llevaría la cámara oculta en unos lentes oscuros de alta inteligencia, que grababan en tiempo real.

Cuando subimos al avión el miedo me invadió. No por el vuelo, sino por saber que la vida de muchas personas dependería de mí. No tenía la opción de fallar.

Sin querer me había convertido en lo que siempre había deseado. Por fin tenía la oportunidad de marcar la diferencia, de ayudar a las personas que lo necesitaban.

Me estremecí con sólo pensar lo que estaban pasando esa gente, gracias a Dios tenía a Mew quien me sostenía fuerte de la mano sin que se lo hubiera pedido.

Lo miré y estaba diferente los últimos días: estresado, ansioso, y serio. Lo entiendo, yo estaría igual si fuera él quien tenía que entrar a ese lugar. Pero me tranquilizaba saber que estaría afuera en una furgoneta a salvo.

Me pasó el brazo por los hombros y me atrajo hacia él para darme un beso en los labios.

-Aprovecha el vuelo para descansar, elefante.

-¿Ahora sí me dejarás acostarme sobre tu regazo? -pregunté sonriente.

-¿Cuando te lo negué? -me respondió levantando el apoyabrazos.

-¿Con caricias de cabello incluida?

-Con lo que tú quieras, mi vida.

Sentí mi corazón acelerarse por escucharlo llamarme de aquel modo. Me habían dicho todo tipo de cumplidos, pero aquello me hizo casi desfallecer.

Me recosté en él y enseguida empezó a acariciarme el cabello.

Mañana irían a teñírmelo y a hacerlo completamente ondulado. No estaba muy contento con perder mi cabello lacio medio crispado, pero eran órdenes y debía obedecer.

Ya en Miami tuvimos un piso frente a la playa. Era bastante aislado, sencillo pero nos permitió acomodarnos para trabajar tranquilamente.

Estábamos tan cansados que apenas cenamos para luego irnos a dormir. Mañana también nos reuniríamos con Bianca y tenía mucha curiosidad por lo que tenía que decir.

Mew estaba acostado junto a mí y por su respiración sabía que no estaba dormido. Así que me pegué a su cuerpo y él automáticamente me pasó el brazo por la cintura. No quería ser negativo pero, nunca se sabía si en unos días tendríamos la oportunidad de volver a estar juntos, así debía aprovecharlo.

A la mañana siguiente, apareció una chica del FBI acompañada por un agente. Se presentaron como la agente Baker y el agente Thitipoom. Noté que Mew no estaba muy feliz de tenerlos encima y eso me causó desconfianza.

-¿Gulf? -me preguntó la chica, yo asentí. Parecía como si tampoco estuviera muy contenta de tener que trabajar conmigo. -Acabemos con esto de una vez. -dijo dirigiéndose al baño con una maleta.

La seguí sin comprender del todo a qué se refería. Pero lo supe en cuanto sacó varios tintes.

-He traído varios colores pero te recomiendo que vayamos por lo opuesto a tu color actual. -colocó una caja de amarillo platino sobre el lavado. Luego sacó una plancha.

-Entre más cambiado, mejor. No queremos arriesgarnos a que te reconozcan.

Era fácil decirlo cuando no era tu cabello.

Entonces el cambio comenzó, no podía dejar de hacer muecas frente al espejo en el transcurso. Estaba nervioso.

-Esperemos quede. -murmuró. -Ayer pasé toda la noche viendo videos en YouTube sobre cómo hacerlo.

Vendetta. [MewGulf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora