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Me sorprendí al notar en dónde era mi fiesta. La plaza, el mismo lugar donde mi padre me vendió a Derek.

Recuerdo cuando le dije a Mew que Derek me había comprado, jamás olvidaré la expresión de su rostro. Pero para ese momento, ni siquiera yo sabía lo literal de mis propias palabras.

Nos adentramos en el hotel, Derek se puso en medio, nos llevaba del brazo a Grace y a mí. No sé si sería capaz de aparentar algo toda la noche.

Fuimos hasta la azotea en el ascensor y cuando las puertas de este se abrieron, todos gritaron feliz cumpleaños.

Habían muchas caras conocidas, la mayoría de mi clase de economía estaban allí.
La fiesta tenía una decoración de todas mis películas favoritas. Supe al instante que había sido mi hermana la encargada de organizarla.

-Así conseguiremos que todos sean cinéfilos como nosotros. -dijo Grace con una sonrisa.

-Y como yo.

Se me paró el corazón cuando escuché la voz de Bright. Al levantar la mirada, lo encontré frente a la barra, sonriéndome.

Sin pensarlo, fui hasta él y me abrió los brazos para recibirme. Me levantó del suelo y me hizo girar.

-No sabes cuánto te he extrañado. -le hice saber aguantando con todas mis fuerzas las ganas de no llorar.

Odié tener que separarme de Bright para saludar al resto de los invitados.

Mild y Earth, parloteaban lo guapo que era mi nuevo novio. El susodicho no me había quitado los ojos de encima mientras bebía una copa.

-¿A mí no me saludas? -escuché decir a Win a mis espaldas.

Me giré incrédulo. Había regresado de Londres y estaba guapísimo. Lo abracé con todas mis fuerzas, y esta vez las lágrimas no se contuvieron.

-Tranquilo. -me calmó Win sonriendo.

-¿Cómo estás, Win?

-Muy bien, en verdad. Todo quedó en una anécdota que le contaré a mis nietos.

-Lo siento mucho.

-¿Por qué? Tú no me disparaste.

No, no lo había hecho. Pero casi se sentía así, había sido por culpa de mi padre.

-Cariño.

Y allí estaba. Su voz me congeló. Había mantenido las esperanzas de que no viniera. Podía contar con los dedos de una mano las veces que había asistido a uno de mis cumpleaños, y me sobraban dedos.

Me giré despacio.

-Feliz cumpleaños. -dijo acercándose para abrazarme.

Me quedé quieto entre sus brazos. La rabia ocupaba todos mis sentidos.

Cuando me soltó, casi pude ver culpabilidad en su rostro, así que pronto lo ocultó.

-¿Bailas conmigo? -me ofreció Bright a mis espaldas.

Me giré agradecido por la interrupción y tomé la mano que Bright me dio.

Quería alejarme de él. Fuimos hasta la pista de baile y nos movimos al ritmo de la música.

-Cuéntame qué pasa. -me propuso Bright al oído y vi a Derek mirándome fijamente al punto donde Bright tenía su mano puesta en mí. -Dime qué tienes.

Me aparté y retrocedí.

-No me pasa nada, ¿sí?

Bright me observó confundido.

Vendetta. [MewGulf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora