POV: Esta historia será entre una chica CIS y un chico trans, los personajes son totalmente inventados, nada de esto está basado en echos reales.
También advertir que tiene Mommy Kink, por lo tanto si no te gusta, no lo leas, el chico será mayoritariamente el pasivo, ahora ya me callo y os relato la historia de Izan y Sara.
Gracias por leer y disfruten puercxs. 😉
Narra Izan:
Miro a mi querida Sara, mi hermosa Sara, ella me mira a mÃ, cómplice a mi mirada, por fin estábamos solos en nuestra casa, han sido tres meses de mudanzas, compra de muebles, algún pequeño arreglo, pero sobretodo mucho trabajo, tanto que acabábamos tan agotados que en cuanto nuestros cuerpos abrazaban la cama caiamos rendidos entre los brazos de Morfeo sin hacer nada, luego nos levantabamos para ir a nuestros respectivos trabajos, en resumen? Nos tenÃamos unas ganas que no aguantabamos más, o por lo menos creÃa que sólo era yo, hasta que ella me abrazó por detrás, besando mi cuello.
Y aquà me encuentro apretando los puños y mordiendo mi labio inferior intentando no gemir, pues su madre acaba de salir justamente por la puerta y podrÃa oÃrme, parece que pueda ver la sonrisa pilla de mi novia.
Siento como me agarra fuerte de las caderas, su respiración es pesada y está muy acelerada, la última vez que empezamos asà empecé a llorar a la mitad y no precisamente por algo malo.
SonrÃo y me giro, dándole la cara, me mira con lujuria voraz, me quiere comer, ella es la loba y yo soy el conejo "indefenso", perdido en nuestro deseo.
Pongo una mano en la parte derecha de su cuello y bajo un poco la cabeza, pues ella es más bajita que yo por algunos pocos centÃmetros, acerco mi boca a la suya, provocándola aún más, paso mi lengua suavemente por sus labios, ella jadeando me agarra el cuello y me empieza a besar con desesperación, haciendo intrusión en mi boca con su lengua, jugando con la mÃa, explorando mi boca, con sus manos aprisionado mi trasero de forma brusca, acercando mi cuerpo más al suyo, haciendo que deba apoyarme en la pared detrás de ella para no caer encima suyo y hacerle daño, al separarnos, con voz muy ronca susurro:
-Estrenemos la cama, por favor ama.
-Por supuesto que la vamos a estrenar, tengo demasiada hambre y no quiero que la comida se enfrÃe-me guiña el ojo de forma coqueta, tirando su aliento contra mis labios.
Agarra mi mano y nos guÃa a nuestra habitación, en cuanto abre la puerta me tira a la cama y se quita la camiseta:
-Te sobra ropa y quiero ver cómo te la quitas para mÃ.
Asiento, no es momento de contradecir sus órdenes, me quito la camiseta dejando mi torso desnudo, luego van los calcetines, me levanto de la cama y hago lo mismo con los pantalones, me quedo en bóxer delante de ella y sonrio de forma coqueta, me pongo encima de la cama, a cuatro patas y muevo las caderas delante de ella:
-¿Me ayudas? Se me olvidó cómo quitarme los boxers.
Oigo una pequeña risa de su parte y noto sus manos en mi trasero, lo acaricia lentamente y me los empieza a quitar, rozando mi piel, cosa que los dos sabemos que me prende demasiado, hace que me desespere, ya quiero que me de con el arnés, por dios.
Se pone detrás mio, vuelve a acariciar mi trasero, esta vez desnudo, y mueve las caderas contra este, simulando una embestida, un pequeño gemido escapa de mÃ, y con un gesto, me indica que me ponga boca arriba:
-Quiero verte, hoy no permitiré que te tapes la cara mientras te follo-mientras dice esto me mira a los ojos con ternura.
Yo asiento, con emoción, empieza a acariciar las cicatrices de mi operación para quitarme el pecho, lo hace lentamente, con cariño, baja a mis costillas, pasa por mi abdomen y acaba por empezar a acariciar el principio de mi vaina, con cuidado separa los labios, en busca del clitoris, lo acaricia con la presión justa y de forma lenta, la miro a los ojos y empiezo a gemir, agarro sus pantalones:
-También te sobra ropa.
Ella me mira divertida y empieza a aumentar el ritmo de sus dedos, tocándome con movimientos verticales:-¿En serio quieres que deje de tocarte ahora para quitarme la ropa?-la pregunta es seria, pero su cara es la de alguien pasándolo demasiado bien.
-Joder, no...-susurro sumido en placer.
-Bien, porque... Sabes que me gusta hacer que te corras antes de ponerme el arnés y empezar a darte...
Se que me está provocando, se que quiere que me corra, yo también lo deseo, también quiero, pero cuanto más lo pienso, menos podré, necesito solo pensar en el placer que me hace sentir, y como si le hubiera mandado una señal, ella empieza a lamer mi pezon, lo succiona, lo muerde, empieza a combinarlo todo de forma aleatoria, mientras con su mano libre agarra mi cadera, me mira con deseo, no puedo más, no aguanto, mi mente no piensa en nada más, empiezo a acelerar mi respiración de forma involuntaria:
-Amor m-me he... Corrido.-Me sonrojo como un idiota y quiero tapar mi cara, pero prometà no hacerlo.
-Asà me gusta, que me avises.-sonrie satisfecha y empieza a quitarse el sujetador, se levanta para retirar sus pantalones y el resto de su ropa interior, abre un cajón, saca el dildo, ya montado con el arnés y toallitas para limpiar el juguete antes y después de su uso, y asà lo hace, se dispone a ponérselo y ata su cabello con una pinza, la miro sorprendido, sin saber bien porqué lo hizo.
Ella avanza en la cama hacia mi, separa mis piernas y empieza a morder el interior de mi muslo algo fuerte, haciendo que suelte un pequeño grito.
-Ay dios ¿Estas bien o me he pasado?-me mira preocupada.
-Estoy bien, por favor sigue, te lo ruego.
Asiente y vuelve a morder, esta vez en el muslo contrario, cerca de mi intimidad, eso me acaba volviendo loco, no puedo evitar gemir alto, mientras observo cómo lo hace, intento mover el brazo para acariciar su cabeza pero mi cuerpo no responde, siento tanto placer que no puedo hacer nada más que gemir y para rematar empiezo a sentir su lengua pasar por donde hace un segundo me estaba mordiendo, lentamente se acerca a mi vagina y la empieza a pasar por esta.
Aparta la cara y me mete un dedo, para que el dildo no me haga daño al introducirlo, gimo con un demente, mirándola a los ojos.-¿Estás bien, recuerdas la palabra de seguridad?
-S-si a las dos cosas-digo con dificultad.
Asiente y empieza a embestir con su dedo, hace cÃrculos y después de unos minutos mete otro:
-Quiero más, por favor, más ama.
Gimoteo tembloroso, la quiero ya dentro de mi, la necesito ya en mi, no aguanto más.
-Espera un poco, aún no estás tan abierto.
-Pero entonces lo sentiré más, por favor...
La intento convencer, pero ella niega, se que también desea metermelo ya, pero no quiere hacerme daño, y suerte tengo que ella no está perdiendo la poca cordura que le debe quedar a estas alturas, dado que tampoco ayudo con mis gemidos, pues no quisiera tener que parar a la mitad por culpa del dolor, pasados unos cinco minutos más, decide que ya puede entrar, pues saca los dedos cuidadosamente, me mira sonriendo y me empieza a besar, mientras agarra el dildo con una mano, para poder introducirlo bien, lo hace lentamente y gimo entre sus labios, agarrándome a su espalda, arañandola, dado que necesito demostrarle de una forma u otra lo que estoy sintiendo en estos momentos, me siento explotar de placer, cuando todo está dentro de mi ella pone mis piernas en alto, contra mi pecho, yo me las sujeto y cuando lo nota, separa un poco su cuerpo del mio, está sonrojada, puedo notar lo excitada que está en el justo momento que empieza a mover sus caderas para embestirme, la miro a los ojos y entre gemidos, lágrimas empiezan a salir de mis ojos, lágrimas de felicidad y de placer, ella con una mano me las quita, le sonrio para que no se preocupe, sigue embistiendo, me coloca de lado y cierra mis piernas, para seguir dándome, mientras me agarra del cuello, yo gimo cada vez más, siento que me vuelvo a correr, y parece que ella también pues me dice:
-Te está gustando, eh?
-Siempre, ama, me encantas cariño.-sonrÃo y puedo notar su sonrojo desde aquÃ. Empiezo a sentir algo más que antes el dildo, pues mis paredes se han contraÃdo al correrme y entonces suelto un grito-¡Dios, por favor no pares, más, más fuerte!
Agarro las sábanas y ella sale de dentro para ponerme a cuatro patas, vuelve a entrar suavemente y me agarra de las caderas, empieza a darme fuertes embestidas haciendo sonar el cabecero contra la pared, los muelles de la cama, nuestras caderas y mi boca, pues no paran de salir gemidos, hasta que siento que al poco me vuelvo a correr y esta vez ya me empieza a doler.
-¡Gato!-vocifeo y ella sale delicadamente de dentro de mi.
-¿Estás bien, quieres un abrazo, ha pasado algo?
Yo la miro, sonrio y niego, echándome a sus brazos:
-Me empezaba a doler, perdona.-admità sonrojado.
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Relatos +18
RandomEsta novela constará de relatos eróticos de TODO tipo. NO se aceptan comisiones. Espero que os guste.