SUHO~

4.7K 273 16
                                    

“Dolor, fastidio y desesperación, eso es lo que te tiene agonizando en este momento en tu cama. Es normal para ti pasar por esto de vez en mes, pero no logras acostumbrarte, nunca lo harás. Maldices a “Andrés” y a toda su descendencia, si es que tiene alguna, por provocarte estas inexplicables ganas de llorar sin tener idea del por qué, mientras te mueves lo menos posible para no tener que lavar el edredón de tu cama que recién acabas de colocar ayer. Te haces un ovillo con las sábanas, no quieres salir de la cama, no quieres pensar en todo lo que tienes que hacer hoy, solo quieres quedarte ahí el resto del día durmiendo. No pretendes ver a nadie y estás segura que si alguien más llega de visita sorpresa lo echas diciéndole hasta de que se va a morir. 

Luego de tres largos suspiros, vas a la ducha a encerrarte ahí por un largo rato en el cual pides que todo pase rápido. Al salir, encuentras tu cama tendida, y una muda de ropa sobre esta esperando que la uses, te asustas un poco porque lo que menos querías ahora está pasando, alguien está en tu pequeño departamento sin ser invitado. Te encierras en tu cuarto y te vistes rápidamente, por suerte esa sudadera larga que había escogido el extraño de tu guardarropa, era perfecta para hacerte sentir cómoda. Indagas en tu cabeza los posibles intrusos del día, recuerdas que lo únicos con llave para entrar a tu departamento son tus padres, pero ellos no se tomarían la molestia de venir en un día de semana y menos sabiendo que a esta hora no iba a haber nadie para recibirlos, ya que deberías estar en la universidad. 

Sigues pensando y aterrizas en alguien que siempre olvidas sin querer, tu novio. Tus ojos se abren lo más que pueden al recordar el desorden de ropa y cosas que tienes en tu sala. Ahora no sabes si salir a comprobar que él está ahí o si encerrarte de por vida, sabiendo que el pobre ya debe haber conocido toda tu ropa interior que decidiste no guardar la noche anterior. Tus hormonas te hacen pecar importándote poco lo que piense él de eso y sales de la habitación directo a la sala a enfrentarlo, te encuentras entonces con todo doblado, arreglado y en tu pequeña mesa un paquete con envoltorio dorado junto a una nota que te sientas a leer. 

“Noona, lamento ser intruso hoy pero si mis cuentas no me fallan, para ti no es un buen día. Llegué y estabas duchándote, espero que te haya servido para relajarte.

Sé que te gusta comer dulces cuando estás de mal animo, te dejo tus favoritos para que te sientas mejor.

Regresaré más tarde a verte, así no estés de humor como la otra vez.

—JoonMyun”

Tus ojos se aguan involuntariamente y lo único que haces luego de eso es agarrar tu móvil y marcarle enseguida. 

“¿Hola, JoonMyun?... Gracias.” Dices apenas escuchas su voz del otro lado del teléfono.”

Imaginas con EXODonde viven las historias. Descúbrelo ahora