Pour out your heart

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Kirishima y Bakugou eran muy buenos amigos.

Nadie lo podía negar a este punto, sería como negar que el sol saldría todas las mañanas. Y aunque su amistad era por demás extraña y casi unilateral, seguían juntos a pesar de todo.

Cuando Kirishima conoció a Bakugou nunca se imaginó llegar a quererlo tanto. 

La persona que era Bakugou en un principio era todo lo contrario a los principios varoniles que fomentaba, y antes de que Aizawa les pusiera juntos para un combate, jamás creyó que llegarían a ser mejores amigos.

Pero aquí se encontraban contra todo pronóstico. Acomodados en un banco cualquiera en el parque mientras disfrutaban de un café caliente y miraban las estrellas.

Kirishima sonrió al recordar como por primera vez en mucho tiempo logró aprobar matemáticas, todo un logro si hablamos de él. Bakugou lo ayudó mucho en sus sesiones de estudio y Kirishima quería invitarle algo en agradecimiento.

Obviamente Bakugou se había quejado mucho al principio, sinceramente harto de la efusividad de Kirishima. Llegó a odiar la inquebrantable voluntad y paciencia que tenía con él. 

Pero Kirishima nunca se rindió, siguió insistiendo e insistiendo hasta que a Bakugou no le quedó otra opción que dar el brazo a torcer.

—Pelo de mierda—le llamó mientras sus papilas gustativas se deleitaban con el sabor amargo.

—¿Qué pasa amigo?—Kirishima lo miró sonriendo.

—¿Me vas a decir porque carajos esto parece una maldita cita? 

La pregunta hizo que Kirishima se atragantara con la bebida, no se esperó eso, realmente no. Pero a este punto debería estar acostumbrado a las preguntas incomodas si se trataba de Bakugou.

No pudo evitar que sus mejillas se calentaran. Él sabe lo que le esta sucediendo. 

Últimamente estaba teniendo muchos problemas para apartar a Bakugou de su mente, rememorando todos los días que pasaba junto a él.  Recordando como aprovechaba cada oportunidad que tenía para tocarlo y sentir de cerca las líneas su cuerpo; que a pesar de ser el de un hombre que entrenaba día a día para hacerse mas fuerte, Kirishima lo encontraba extrañamente suave.

Era consciente del sentimiento que se formaba en su pecho cada vez que lo miraba.

Estaba enamorado de su mejor amigo.

—¡Bakugou! ¿enserio lo parece?—los nervios empezaban a consumirlo lentamente—y-yo... perdón si te incomode amigo, solo quería agradecer todo lo que has hecho por mí.

—No saques tus propias conclusiones idiota. No me incomoda todo esto—Bakugou lo miró intensamente y Kirishima intentó no malinterpretar la señal—además, no tenias que agradecer nada. Yo me ofrecí en primer lugar.

—¡Bakugou eso es muy masculino! Pero se que la pasaste mal enseñándome—Kirishima se atrevió a reír un poco y pasar un brazo por los hombros de Bakugou—te puedo recordar tratando de no golpear mi cara contra la mesa cada vez que fallaba.

—Fue jodidamente estresante. No puedo creer lo imbécil que eres, una raíz cuadrada no es tan difícil de resolver. Kirishima idiota—Bakugou soltó un gruñido cuando Kirishima lo acercó mas a su cuerpo, pero nunca hizo un intento real por apartarlo.

—¡Es por eso mismo! ¡Quería traerte a un lugar bonito para que te relajes!—Kirishima remarcó su punto al señalar las estrellas titilantes en el cielo. Era un buen lugar para apreciarlas, de eso no había dudas.

—Al menos me hubieras dejado pagar el café—al parecer Bakugou aún no quería dejar la discusión por la paz—no soy una maldita mujer, puedo pagar mis propias cosas. No tenías que gastar tus estúpidos ahorros en mí.

𝐇𝐀𝐔𝐍𝐓𝐄𝐃 |Kiribaku/Dekukatsu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora