Capítulo 3

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Senju fue la primera en levantarse, la luz del sol había entrado por la ventana y le estaba dando en la cara. El gran dolor de cabeza la estaba matando, esta vez si se había pasado de tragos o no debió aceptar esa pastilla rara por parte de Kazutora.

¿Pero que podía decir? La imprudencia de la juventud había llamado, sobretodo si vio a todos su amigos tomándola.

Con cuidado trata de levantarse de la cama y se sorprende al sentir unos brazos aferrándose a su cintura.

El miedo estaba corriendo por todo su ser, en verdad debió estar muy mal. Jamás cometería una estupidez como esa, siempre era cuidadosa de no estar con un imbécil al día siguiente.

Sus hermanos la iban a matar, sus amigas la iban a matar. Ella se quería matar.

Trata de calmar sus pensamientos, respira profundo y con cuidado se quita los brazos. Al principio fue difícil, porque tenía fuerza el sujeto.

Al salir de la cama y observar mejor a su acompañante nocturno, casi le da algo.

Era Mikey.

Toma sus cosas tratando de no hacer tanto ruido y sale de la habitación, le dolía todo el cuerpo pero eso era lo de menos en ese momento. Mientras que llega a la puerta de la suite privada del hotel, se va colocando su ropa.

Aunque grita internamente al ver el cierre de su vestido todo roto, trata de tranquilizarse.

Tal vez una tienda de ropa estaba abierta a esa hora y con un pago extra no harían pregunta demás, también estaba el plan B que era usar la fuerza bruta. Amaba el plan B, pero no era momento para eso.

Toma una de las chaquetas de Manjirou y sale de la suite, rezando para que nadie la viera. Su suerte no estaba consigo en ese día, porque al salir ve a Hakkai salir de la habitación del frente, sabía muy bien que esa era la suite de Mitsuya.

Ambos hacen un pacto con la mirada, de no decir nada. Ella no preguntaría y él no preguntaría.

Toman el ascensor y se despiden a la salida del hotel, con la poca dignidad que tenía un domingo en la mañana encuentra una tienda de ropa abierta y vacía.

Sin decir nada, toma la primera ropa deportiva que ve y paga el doble por ella. Su hermano Takeomi y Koko al enterarse pegarían el grito al cielo. También busca unos calzados deportivos y otros conjuntos que le parecieron bonitos, sobretodo cómodo.

Se viste en los probadores de la tienda y sale con ella, le da una buena propina a la señora por no decir nada y no criticarla. También por el consejo que le dio de tomarse una patilla para el día después, por si no se cuido.

Y como no recordaba nada, fue a la primera farmacia que tenía cerca. Pero como pensaba, la suerte no estaba de su lado.

Emma estaba junto con Hinata comprando en esa farmacia, trata de que no la vean y sale de ahí para ir a otra, del otro lado de la ciudad de París.

**********

Paso un mes desde el insidente, siguió con su vida normal. Claro si normal significaba ser la segunda al mando de una organización de pandillero y tenía que estar con Mikey casi todo el tiempo.

Ninguno de los dos decía nada, tal vez Manjirou no se acordaba de nada y para Senju era mejor así o eso pensó hasta que hubo una reunión con los altos mando.

— Eso es todo por hoy — dice Kokonoi mientras que guardaba los papeles de esa reunión — Creo que podemos aprovechar ese bunque con cargamento, para que también traigan los repuestos que necesitan la tienda de Draken e Inui. Será mil veces más económico y no tendríamos que pagar impuesto.

— Bien, si eso es todo, es mejor retirarnos — habla su hermano Takeomi.

Senju solo estaba pensativa revisando los informes de cada división, quería asegurarse que cada zona estuviera bien y sin negocios mal habidos de por medio.

— Vamos Senju, tenemos que estar en Tokyo para mañana — habla Sanzu a su hermana, aunque él no la soportaba haría todo lo que su rey ordenara.

— Senju se queda — fue la simple orden dictada por Mikey.

Todos, absolutamente todos se quedaron callados al escucharlo.

Senju sólo baja los papeles y lo observa, pero Mikey sólo veía el gran ventanal que tenía detras suyo. Mientras que veía algo en su teléfono.

Nadie dijo nada y salieron por puerta principal del despacho, cuando los jefes tenían que hablar a sola. Era mejor no intervenir, solo podía hacerlo Takemichi o Draken y ninguno de los dos se encontraban en ese momento.

— Te fuiste y sin ni siquiera despedirte. Tus hermanos estarían avergonzados por lo mal niña que fuiste ese día — dice Mikey dejando su teléfono en la gran mesa de reunión y volteando su silla para mirarla de frente.

Senju tenía que admitir que el cabello negro y corto le quedaba muy bien, aunque le gustaba más su cabello natural.

— No te quería incomodar, tal vez ese día solo me confundiste con alguien más.

Ambos sabían muy bien quién era ese alguien más.

Mikey solo sonríe y le responde — Takemitchi no usa vestido y tiene dos senos que caben en mi mano.

Al escucharlo con ese descaro se sonrojo y no pudo evitar lanzarle los papeles en la cara, pero él muy sinvergüenza sólo se río de ella.

— Te pusiste como un tomate, así si te pareces a Senzu aunque tú eres hermosa — le dice él, para después detener su risa y mirarla a los ojos — Ahora eres mía Senju.

Senju no pudo evitar que su corazón se acelerará por esas palabras y mucho menos por esa mirada tan intensa — ¿Y Hanagaki?

Mikey solo cierra los ojos, pero sin quitar su sonrisa — Él también es mío, pero a diferencia de él. No pienso compartiste con nadie, ya tengo suficiente que Takemitchi no esté conmigo, pero no puedo lastimar a una persona que ha sido un sol para todos nosotros y es la mejor amiga de mi hermana.

Ella solo asiente, en su mente inocente piensa que solo es un capricho del momento y que se le pasará en cualquier segundo.

Error.

Cada vez que un chico o una chica se le acercaba, amenecia al otro día golpeado y en caso de la chica una agencia de modelo la descubrío de la noche para la mañana, pero tenía que viajar a otros países como Rusia, España, México, Argentina o Italia.

Senju no podía creer lo que hacía Mikey, también sentía mucha vergüenza a la hora de mirar a Takemichi porque sentía como si fuera la otra en la relación. Aunque si era la otra, pero sin querer.

¿Lo peor? Es que él lo sabía y no tenía problema con eso.

¿Y Ella?

Descubrió que por culpa de sus hormonas era débil a los besos de Mikey, también a su tacto y caricia. Algo tenía el muy endominando que la tenía toda embobada, algo le hacía para tenerla a su disposición.

No le podía decir que no y tampoco le molestaba que siguiera con Hanagaki, porque los dos se veían tan felices y ella le hacía feliz verlos de ese modo. Habían pasado por tanto, que merecían la felicidad.

Lastima que tenía que ser a escondida.

— ¿Que tanto piensas? — pregunta Mikey que la miraba con una sonrisa, mientras que cargaba a uno de sus bebés.

Senju sólo sonríe y le responde — Que Takemichi y Hinata deberían ser los padrinos de nuestro bebé, después de todos son gemelos. Draken y Emma no pueden ser padrinos de ambos, aprovechando que Take y Hina están casados.

Mikey asiente y le entraga al bebé que cargaba, mientras que buscaba a la niña en su cuna.

— Me parece buena idea.

Si, después de todo se irían al infierno por pedirle algo así a Hina. Pero en el fondo ambos sabían, que era la mejor opción.

Un secreto a voces Donde viven las historias. Descúbrelo ahora