Capítulo 1

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Senju al abrir la puerta se sorprendió a ver a Hinata en la entrada, era la primera vez que la chica visitaba su casa.

Con una sonrisa la dejo entrar y busco una toalla para que se secará, ya que afuera estaba lloviendo a cántaro.

- Que alegría que vinieras de visita Hina - dice ella al ver como la chica estaba un poco más calmada, se asusto mucho al verla con los ojos llorosos, el cabello desordenado y la respiración agitada - ¿Le paso algo malo a Takemichi?

Hinata al escuchar el nombre de su esposo baja la mirada, mordiéndose los labios como tratando de decidir si contaba o no un secreto.
- Estás embarazada - fue lo único que salió de la chica de cabello cobrizo.

Senju se ríe y toca su pequeña pancita - Si, apenas tengo tres meses. Mikey y yo queríamos esperar a los cuatro para decirle a todos, los únicos que saben son Emma, Draken y...

- Takemichi - completa Hina, diciendo lo obvio para ambas.

- Si, aunque si te confieso algo. Está mañana se lo conté a Mitsuya, lo hubieras visto. Estaba emocionado por tejer algo para el futuro miembro de los Dragón Black.

- ¿Eres feliz? - pregunta Hina soprendiendola a las dos, si la dulce chica también estaba sorprendida por su pregunta y busco palabras para remediar su indiscreción - Obvió que eres feliz, esperas un hijo del hombre que amas. Yo lo siento tanto, no sé que me pasa.

Senju no dice nada y solo la abraza, siente como la chica se paraliza un momento y después comienza a llorar.

- Lo siento tanto, tantas personas con quién hablar y vengo yo a mortificarte con mis tonterías. En vez de estar celebrando por ese lindo bebé...

Senju respira profundamente y deja que se desahogue la chica, era mejor para ella.

Era lo mejor para todos.

- ¿No me dirás lo que te mortifica tanto? - pregunta separándose de ella y mirándola a los ojos, limpiandole esas lágrimas derramadas.

Hina sonríe y niega con la cabeza - No, gracias. Necesitaba ese abrazo, mejor me voy, tengo cosas que hacer.

- ¿No te quieres quedar? A Mikey no le molestaría en absoluto.

Senju espero, hasta juraría que pasaron más de cinco minutos en silencio. Ella esperando la repuesta y Hina viendo que responder, al final sonríe.

- No, ya dejo de llover. Además que mañana tengo que estar a primera hora colegio para mis clases, gracias necesitaba ese abrazo.

Sin más nada que decir, se fue como vino y dejando a Senju con un sentimiento de culpa.

***************

Ya eran las 8:00pm cuando escucha la puerta de la casa abrirse, ve como Manjiro entra con muchas bolsas de compras. Aunque Senju sabía que algo pasaba, porque la sonrisa que siempre tenía a comprar la comida y sus amados Taiyaki no estaba.

- Traje comida - es lo único que dice señalando las bolsa y con uno de sus dulce favorito en la boca.

- Ya vi - Senju con una sonrisa se levanta y trata de ayudar con las bolsas, pero Mikey las aleja de ella - No, no, nop. Mujer embarazada no puede cargar bolsa.

- Está mujer embarazada aún puede darte una patada en la cara, así que dame algunas de esas tontas bolsas - comenta divertida al cuidado sobreprotector de Sano.

- No me voy arriesgar, ese niño debe crecer fuerte y sano para patear el trasero a todo aquel que se meta en su camino.

Mikey sin esperar respuesta, se va corriendo con todas las bolsa a la cocina.

Senju divertida va detrás de él, aún sabiendo que le pasaba algo.

- Hinata vino.

Sonríe al darse cuenta que había dado en el clavo, aunque nadie le haya dicho nada. Sólo ver la expresión pensativa y pérdida de Mikey se lo confirmaba, también al ver como se le caía el dulce de la boca.

- ¿Vino? ¿Te dijo algo?

- Nada, ¿tenía que decirme algo? - pregunta ella sin dejar de ver a su esposo, pero sacando las compras de la bolsa - ¡Fresas! ¿Como sabía que tenía antojo de ellas? Sería mucho mejor si tuviera miel o mantequilla de maní.

Mikey se acerca una de las compra y saca los dos ingredientes que faltaban - Fue intuición con las fresas, lo demás fue Emma que me dijo que querías comer miel y mantequilla de maní.

- ¡Amo a Emma con todo mi ser! - dice Senju con una gran sonrisa y sacando las fresas para enterrarla en la panela de miel, empezó a comer sin importar que se hiciera una reguera. Después llamaría a unos de sus servidores para que limpiara el desastre.

- ¿Rico? - pregunta Micky abriendo la mantequilla de maní y dejándola a un lado de las fresas, para luego limpiarle un poco las mejillas.

Senju asiente feliz de probar esa combinación tan rara, mientras veía como el rubio ojos de onix seguía acomodando los suministro.

***********

Senju estaba despierta, no podía dormir. Tal vez la culpa la estaba carcomiendo o no debió comer todo la mantequilla de cacahuate. También podría ser el hecho de que su bebé estaba comenzando a moverse.

- Hinata nos vio besándonos - Mikey se gira para mirarla a los ojos - Ella entró a mi oficina y nos vio besándonos. Nos golpeó a los dos y dijo que te lo iba a contar todo.

Ahora si, Senju sabía que el mal que sentía no era por las náuseas o el bebé moviéndose.

- Ella vino, pero no me dijo nada.

- ¿Me odias?

La misma pregunta, Mikey siempre le hacía la misma pregunta cuando la culpa lo agobiaba y tenía siempre la misma respuesta.

Acaricia la mejilla de Manjiro con cuidado y le responde - No, sabía lo de ustedes. Sabía que era una locura todo esto, pero no me importa. ¿Soy mala persona? En verdad no me importa si te besas con Takemichi o se acuestan a ambos los quiero y amo de diferentes forma.

Mikey sonríe y la abraza, atrayendola hacia él. Como buscando un refugio donde aferrarse y no lastimar a nadie.

- Aunque eso no quita el hecho de que mañana pateare a Takemichi, debieron ser más cuidadoso o por lo menos colocar seguro a la puerta. Apuesto que tú fuiste el impaciente y se te olvidó, pero el lado positivo es que ya sabe la verdad y no más mentira. ¿Por qué tengo ganas de llorar? Yo no soy de llorar, bueno si pero un poco.

- Gracias - es lo único que dice su esposo para después cerrar los ojos y dormir un poco.

Senju es la única despierta, dándole pequeñas caricia y besos en el rostro de ese hermoso ángel atormentado.

Mañana les esperaba un día muy pesado.

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