En aquel rocé de sentimientos tan divinos y a la vez impuros y dolorosos, la suave brisa acaricia mi espalda cálida, pensando si he hecho lo correcto en querer alejarme o no de aquellos problemas que te afectan, y también a mi. El sentimiento de amor puede ser mutuo o así lo veo yo, un mirar hacía tu alma divina y tan purificada hace que tenga mil razones para amarte y también odiarte, pero no eres culpable de eso, soy yo por querer ver las cosas diferentes en una noche como está, tan calmada pero llena de dolor. No puedes ponerte en mis zapatos porque nunca ha pasado algo trágico, la trágica soy yo teniendo ilusiones perdidas, inventado dramas en mi cabeza como si sucedieran, yo misma me daño en estos momentos queriendo que sepas que te quiero, lo mejor que puedo hacer es guardarme todo esto.