﹒ᄈ ˒˓ ❝Un Amor Suertudo❞ ᱹ ⇡

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[¤] Disculpen más faltas de ortografía y gramaticales.

[¤] ¡Espero que lo disfruten!.

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—Hey, cielo— llamó un Albino de mirada serena a su pareja, quién al oírlo lo miró al instante.

—¿Sí? —Interrogó— ¿Sucede algo?.

Nagito volteó a verlo, este tenía una suave sonrisa adornada en su rostro. Esta transmitía calidez y ternura, ante los ojos de Makoto, claro.

—Dime, ¿cómo prefieres el café? — Preguntó. Y Naegi sonrió.

Es el momento justo.

—En tus labios, con un beso largo que me despierte la pasión e inquiete mis fantasías —Confesó, diciendo cada palabra con amor y un ligero sonrojo en sus mejillas. Mirando a Komaeda en cada instante con un brillo especial.

Uno que sólo ese chico amante de la esperanza podía producirle.

¿Y qué hay de Nagito? Este tenía las mejillas notoriamente pintadas de un tierno color carmín. Su sonrisa, expresando timidez. También se podía oír unas pequeñas risitas de su parte, mientras desviaba su mirada. Esa mirada, una que demostraba un dulce brilló de nerviosismo, ¡de sorpresa! Nunca se había esperado tales palabras, aún teniendo en cuenta que su pareja hace estas cosas cuando menos se lo espera ¡Y joder, lo hace muy bien!. Siempre lo pilla en los momentos menos inesperados, este, puede tomarse como uno de ellos.

El castaño, río suavemente. Maravillado por el bello resultado que había captado de la persona que más ama. Era simplemente la reacción más tierna que ha visto hasta ahora, aunque su amado pelos de pulpo era adorable todo el tiempo, así como también guapo.

—Creo que otra vez ganó —Sonrió.

—Creo que sí, jaja —Se acercó al menor, a paso lento. Este lo miró confundido, ¿qué era esa mirada lasciva que repentinamente cambió aquel nerviosismo?.

—¿N-nagito-san? ¿Por qué te acercas así?.

—Mi amada esperanza, puede que tu ganes en estos juegos... —Ya al tener la cercanía suficiente, lleva una mano hacia la cintura del más bajo y la otra hacia el mentón de este, obligándolo a mirarlo a los ojos. Komaeda no pudo evitar sonreír al ver cómo su chico se ponía de una manera nerviosa ante sus acciones, ¡Ah, tan tierno!— Pero yo ganó en otros.

El chillido de Naegi, fue más que suficiente para sacarle unas cuantas carcajadas, de pasó se escuchaban algunas quejas del menor, diciéndole que eso no era justo y que lo atrapó desprevenido. 

¡Pero, hey! ¿Él no hacía lo mismo?.

—Ya Makoto, era broma —Lo abrazó como si de un peluche se tratara.

El chico esperanza protestó. Y el obsesionado lo besó, para callarlo y sobre todo, calmarlo.

—¿Ya te vas a calmar? ¿O debo usar otro método?.

La sonrisa que Komaeda había formado no mostraba buenas intenciones. Y Naegi lo sabía, así que simplemente negó con la cabeza y sonrió con ternura.

Sonrisa que hizo volvió loco al mayor, provocando así, que se le tiré encima.

Solo se pude decir, que el café en la mañana si despierta bastante a una persona.