𓄹𓈒🍷 ๋ ִֶָ ִֶָ"0 1 9" 𓄹𓈒🍷 ๋ ִֶָ ִ

125 25 10
                                    

Te veo. Me ves. Ambos nos miramos y con eso supimos todo.

Nuestros mundos se llenaron de colores más brillantes, más alegres y vividos llenos de un "¿y sí...?". Porque sí, deseábamos arriesgar y dar todo aquello que queríamos. Deseábamos ir en contra de lo que se interponga en nuestro camino directo a la felicidad.

Deseábamos ser todo y nada. Quisiéramos ser el final de nuestros cuentos. Ese que queríamos.

Pero todo acabo de otra manera: tú andas de la mano con alguien más de buena forma, afán de una fruta y carisma que llego a cautivarte. Y yo, de mientras; ando comprometido con alguien de carácter fuerte y amenazante que se convierte en un ser distinto y expresivo cuando nos vemos solos en la calma de nuestro cuarto o entorno.

Sí, cada quién se quedó con la que se nos fue concedida a raíz del publico, siguiendo la línea de "correcto" y de que realmente se nos hacía bien. Diciendo que éramos parejas hermosas y dones a ser algún día. Pero ¿a nosotros nos gusta? Claro que sí, fuimos hechos para estar juntos, ¿no es así? Sí, no...

No. No, otra vez, mejoremos la pregunta; ¿se nos dio a elegir? Dime, por favor; ¿se nos dio? No te quedes tan callado, respóndeme, te lo pido.

No, claro que no, ¿pero que podemos hacer ante los acontecimientos? Nuestra vida ya esta hecha y aunque no quisiera: lo amo de alguna manera o forma inexplicable. ¿Te sucede lo mismo? Es extraño, ¿lo sabes? Sí, seguro que lo sabes. Siempre lo has sabido, así también no poder hacer algo para cambiarlo. El hijo rojo es muy fuerte en este campo, no podemos romperlo por más cuchillos y tijeras que usemos. Estamos atados a estás vidas, a estos amores que el destino nos dio a conocer, porque bien sabía él que si nuestro amor se daría a conocer no habría algo que nos detenga.

Porque lo nuestro es etéreo, somos algo inefable que va con todo y contra todos. Melifluo es nuestra melodía y serendipia es nuestro encuentro, así en esta vida.

Así en muchas tantas. 

En esta no pudimos, Nagito. Pero en la siguiente prometo que lo haremos, y demostraremos que ni hasta un hilo puede contra esto que hemos creado. De mientras, mirando como te vas de mi campo de visión permito que la helada invernal de la tarde choque contra mi rostro y mueva mis cabellos al compas del latido inevitable que se escapo de mis fuerzas ante tenerte nuevamente ante mis ojos. Eso me hizo sonreír.

Porque sé, que aunque este con alguien más; mi corazón aun te pertenece.

—Makoto, debemos irnos —aviso mi pareja sacándome de mi ensoñación al sentir el cálido agarré hacía mi mano para entrelazarla con la suya. Sentí mis mejillas arder de manera leve—. Esta comenzando a nevar, si nos retrasamos más terminaremos bajo la nieve a este paso. Y no estoy de humor para estar lidiando con un molesto refriado.

Emití una suave risa ante su comentario, correspondiéndole el agarré, comencé a caminar a su lado con una gentil sonrisa en mis labios. Mientras el recuerdo de tus ojos me perseguía, no evité pensar en que está vida no estaba mal.


﹒ᄈ   ˒˓   ❝Un Amor Suertudo❞  ᱹ   ⇡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora