-Comiencen con la poción
Ése día... Fué el que cambiaría mi historia... Soy Harry Potter, él niño que vivió, y esa poción, fue la que me trajo hasta aquí, no sé que pasó, no sé que hicieron, sólo sentí una explosión de parte de Seamus, pero está era...
-No podemos hacer nada hasta que la poción esté hecha, la cura, no existe, es un caso muy, muy raro, si la poción es difícil de hacer, para arreglarla lo es aún más, y considerando que el señor Finnigan y Longbotton hicieron explotar la poción es porque la poción está mal hecha, lo siento Minerva, necesitaremos estar con un niño hasta que haya una poción para ayudar al señor Potter...
-Esto... No puede ser... *Dijo la señora dando un gran suspiro* Bien... Severus, necesito que te encargues de la poción, mientras la Profesora Sprout junto con Madame Pomfey se encargarán de los ingredientes, yo mientras buscaré todo lo necesario para cuidar a Potter junto con los demás profesores, Flitwick necesito que le avises a los alumnos sobre ésto, para que si ven un Potter miniatura no se asusten, tendremos que aprender a manejar esto...
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Mientras tanto Harry seguía en sus sueños, era un niño normal, estaba con sus padres, ellos estaban jugando con él, se divertían, sólo eran risas, su padre lo cargaba jugando al avión, hasta que el lo bajo, un cambio radical hizo que sus padres aparecieran muertos, el sin nada, siendo solo maltratado por los Dursley, sin comida, ropa, juguetes, sin nada de lo que un niño debe tener, en un momento Harry se levantó de un brincó por miedo, viendo a su alrededor, sin entender que sucedía, sólo observaba el lugar una...¿Enfermería?
-Harry... Despertaste
-Disculpe... ¿Dónde estoy?, Y... ¿Quién eres?
-Soy Minerva McGonagall, Soy tu profesora *decía la señora acercándose más a Harry que se iba alejando con miedo en su rostro*
-¿Dónde está mi... Familia?
-Tú estás en Hogwarts, eres un mago Harry, puedes hacer magia con una varita, tú familia está en su casa, tú estás estudiando aquí, por eso despertaste en éste lugar cariño...
-¿Por qué no recuerdo nada? *Decía el pobre niño asustado mirando a su alrededor, en ése momento no sabía dónde, ni cuando era, así que tenía muchas preguntas*
-Porque... Te caíste y perdiste un poco de tus recuerdos aquí... *McGonagall se mostraba preocupada, y no le podía decir la verdad a un niño, sería demasiado que procesar*
-Bien... Yo-
-¡¡HARRY!!
-Te encuentras bie- *Hermione y Ron se callaron al ver al pequeño Harry, ellos pensaban que sería un adolescente, ¡No un maldito niño!, Tan sólo que perdería el conocimiento de un año, no de toda su vida en Hogwarts...
-Harry...
-Tienes un bonito cabello, si yo comparará su color con una cereza, ¡Sin duda tu cabello sería más rojo!
Ambos chicos sonrieron ante aquel confesión del menor
-Bien Harry, creo que ya te puedes retirar, puedes pasear por el castillo si así lo deseas, ¿De acuerdo? Sólo recuerda, bosque prohibido y lugares en dónde no veas nada alejate de allí, ¿Okey?
-¡Si!
-De acuerdo, Señor Weasley y Señorita Granger, necesito hablar con ustedes
Los dos chicos asintieron y se quedaron a hablar, mientras Harry se ponía un pantalón de mezclilla roto de los Dursley, junto con su sudadera color gris que le llegaba abajo de la rodilla por lo gigante que era, pero no le importó, el iba a dar esa vuelta por el castillo, y nadie lo detendría.
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Harry iba dando un pasito pequeño, contándolo cómo un niño de 6 años
-273, 274, 275, 276-
Pero el pequeño dejo de contar porque cayó al piso, mientras delante suyo estaba Draco Malfoy sobándose por el golpe
-Fijate por dónde vas niño de Primero *pero se detuvo al ver quién era el niño, nada más, ni nada menos, que Harry Potter, Flitwick les aviso sobre... El problema con Potter, pero cómo todos, pensó que era un adolescente, no un niñato menor a los de primer año.
-Potter...
-Disculpe señor, no me fijé por dónde iba, estaba contando mis pasos mientras miraba el piso, y choque con usted por acidente, ¿Te lastimé?
-No...
-Me alegro *decía el niño parándose para después estirar su mano*
