4 | ¿Y ahora qué?

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Y todo se detuvo. De nuevo. 

Los ojos escarlata lo observaban con asombro, casi con incredulidad, recorriéndolo de arriba a abajo lentamente, como si no creyera que estuviera ahí y pensara que todo era parte de alguna jugarreta de su imaginación. Los dos pedazos de rubí brillante se detuvieron en su rostro con pereza, absorbiendo cada uno de sus rasgos con una mirada profunda que le hizo tragar saliva.

¡¿Me está mirando?!

El pelirrojo no podía encontrar otra explicación para que el chico rubio centrara su atención en él, a menos que tuviera algo justo a sus espaldas que realmente  había llamado su atención.

Pero no.

Sus ojos, dos gemas resplandecientes de duda lo observaban a él , como si fuera lo único que estuviera llenando su visión, como si no buscara mirar algo más, como si no pudiera—o no quisiera—apartar la vista en lo absoluto.

Sin embargopara su pesar—, se obligó a borrar el pensamiento de su cabeza en cuanto la suave expresión de Bakugou cambió a la confusión y luego a la irritación, haciendo una mueca rara con el rostro y un gesto extraño con las manos antes de ponerse a gritar.

—¡Oh, ya basta! ¿¡Por qué demonios a todo el mundo le encanta joderme siempre!? ¿¡Quién fue el imbécil que acaba de golpearme?!

Una figura delgada se acercó hacia donde estaban ambos muchachos y con timidez, casi temblando, se paró frente a Bakugou con la cabeza gacha y parte de su flequillo cubriendo sus ojos tímidos.

—Y-yo... Lo siento—se trataba de un chico de cabello azul añil desordenado que miraba hacia el rubio con cautela en sus ojos negros, como si estuviera mirando a un animal salvaje y tratara de evitar hacer movimientos bruscos para no alterarlo demasiado—no fue mi intención g-golpearte, solo estaba...

—¡Sí, sí, como sea! ¡No me interesa una mierda lo que sea que estabas haciendo! ¡Solo no te atrevas a acercarte a mí de nuevo! ¡¿Me oíste, orejas raras?!

—¡S-seguro! ¡Lo siento mucho!—se inclinó ante Bakugou y ante el pelirrojo a modo de disculpa antes de recoger la pelota que había dejado de rodar a los pies del rubio y salir de ahí a paso rápido mientras murmuraba un casi inentendible "Quiero irme a casa" por lo bajo.

¿Acaso él...?

El pelirrojo miró hacia donde estaba un chico rubio que esperaba al tembloroso chico con una sonrisa tranquilizadora y los brazos preparados para un abrazo acogedor, el chico tímido se dejó caer en su pecho y el sonriente rubio le removió los cabellos azules de manera tierna mientras le susurraba algo seguramente tranquilizador.

Nah, claro que no... ¿O sí?

Como sea que haya sido, el pelirrojo cree que es totalmente imposible que Bakugou y chico tímido hayan notado su presencia, así que regresa su vista hacia el explosivo chico rubio que seguía rumiando insultos mientras se frotaba la nariz, que estaba un poco roja por el golpe que acababa de recibir hace unos minutos.

El pelirrojo soltó una pequeña risita por la vista, pero esta se esfumó con rapidez cuando el par de ojos escarlata de los que saltaban chispas feroces se posaron sobre él apenas dejó salir el sonido, mirándolo con furia antes de volver a gritar, con voz mucho más fuerte y el rostro sonrosado por el enojo.

—¡¿Y tú qué mierda estás mirando?!—su voz golpeó con fuerza en su dirección y dio un respingo del susto antes de mirarlo con los ojos bien abiertos y los pelos de punta por la sorpresa.

¿¡Me está hablando!?

—¡¿Qué haces ahí parado como idiota, idiota?!

¡Me está hablando!

Muerte de un ángel [Kiribaku/Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora