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El silencio llenaba la estancia, mientras más de seis pares de ojos lo juzgaban.
Frente a el, se encontraban destruidas más de once cajas de palitos de chocolate. Dos quemamos, pisoteados y destruidos.
Los pobres chocolates, todo eso le daba ganas de llorar.
— Takemitchy — voz gruesa y ronca de Draken llamo su atención, distrayendolo de el velorio que estaba formando en su mente hacia los dulces. — ¿Me estás diciendo...que tu te estuviste acostando con hombres y contactando te con la gente de donde yo vivo, para conseguir..."clientes" que paguen tus caprichos?.
Si lo decía así, sonaba algo desastroso.
— Y-Yo... — sus ojos se llenaron de lágrimas, por tercera vez en el día — N-No es exactamente eso...
— ¿Entonces que?, necesitamos una respuesta...¿no lo crees? — esta vez, quien hablo fue Manjiro y no sonó nada amable. — Habla.
—Y-Yo solo quería mis dulces...P-Pero no tengo dinero para ello... — lloriqueo, mientras su nariz se llenaba de moco.
No quería que sus amigos lo vieran como algo que no era.
No quería que lo imaginaran.
Ni que lo odiaran.
— ¿Eso significa que si yo te doy dulces, me darás tu culo? — la voz de baji lleno la estancia, mientras este mismo le mostraba un fajo de billetes al rubio.
— ¡Yo también quiero el culo de Takemitchy! — exclamo Mikey, mientras se acercaba a el más alto (y más llorica), invadiendo su espacio personal — ¡Se mi perra, Micchi!
¿Una perra?.
Una perra...Pero no una cualquiera.
"Danos tu culo por chocolate."
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