Capítulo 23: I can't remember who's right and who's wrong.

210 47 68
                                    

Here, I'll forgive my thoughts now
Steer it, 'cause I forget the dots now

Dear, I wouldn't bet your heart down
Clear, but I couldn't get my head around

Are you sure, did you call, or did we ever really talk?

••••••••••••••

A Harry, la vida le había enseñado a saber esperar. Con el tiempo, aprendió a no apurar a las personas que se subían al autobús antes que él cuando asistía a la preparatoria. También, aprendió a no presionar a su madre en situaciones de estrés. El resultado no era el esperado; terminaba siendo regañado, y con un sabor amargo en la boca.

El arte de saber esperar, de no pretender que todo suceda al ritmo que uno mismo desea, es un don con el que pocos cuentan.

Sin embargo, y a pesar de considerarse alguien paciente, capaz de aguardar por una pronta respuesta, en momentos como éstos, Harry no puede esperar. Continúa observando a Louis, tan mudo como un mimo, cuya postura no demuestra más que pura vergüenza.

Normalmente, podían disfrutar de permanecer entre los brazos del otro sin emitir palabra alguna, aunque en el panorama en el que se encontraban, separados por metros y metros que asemejaban convertirse en largas tierras, estar en silencio junto a él jamás había dolido tanto.

En cierto momento, Harry decide pasar saliva y hablar. —Necesito una respuesta. —dice, y procede a buscar la mirada de Louis en la parcial oscuridad de la habitación, lo que se presenta como una imposible tarea. —Anhelo una explicación. Creo que me la merezco.

Louis inspira por la nariz, recomponiéndose y dando dos pasos hacia adelante. Harry, por instinto, retrocede. El ojiazul bufa, y pasa una de sus manos por su cabello. —No es lo que parece. Te lo prometo.

—¿Seguro que no lo es? —hay notables pizcas de ironía en su tono, y Louis niega con la cabeza. Jamás había visto a Harry en este estado.

Siempre hay una primera vez para todo, ¿no?

—Harry, por favor. No lo entiendes.

—¡Por supuesto que no voy a entenderlo! ¡No estás dándome ninguna explicación! ¡Estoy parado frente a ti al igual que un idiota, y me harté de esperar! —alza sus brazos al mismo tiempo que da un pisotón, irradiando ira por sus ojos. —¿Por qué diablos están mis poemas publicados en esa página?

—Primero sentémosnos, ¿sí? Hablemos con tranquilidad, Hazz.

Harry ahoga un grito en la palma de su mano. No sabe bien de qué manera describir cómo se siente. —¡No me sentaré, ni tampoco hablaré con tranquilidad! ¡Quiero saber por qué me engañaste!

—¡No te engañé!

—¡Oh, claro que lo hiciste! —y ahora, está llorando. Las emociones que atormentan su mente son demasiadas y complicadas de manejar. Lágrimas ruedan por su rostro sin parar, y Louis trata de volver a acercarse. —Ni siquiera pienses en tocarme. —con la manga de su sweater, intenta borrar todo rastro de las saladas gotas. —Ahora habla, antes de que te oblique a retirarte por la misma puerta por la que entraste.

El castaño toma asiento frente a él, cruzando las piernas y agachando la mirada. —La carrera de Letras siempre me había interesado. Logré hacer dos años en la universidad, y luego, la abandoné. No creía que fuese capaz, en un futuro, de ejercer como profesor de Literatura, o algo por el estilo. Me sentía tan... poco eficiente y tonto. Lo deseaba a toda costa, pero al mismo tiempo, era incapaz de darme los ánimos suficientes para no mandar todo a la mierda.

The trouble with wanting (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora