Epílogo

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—Chanhyun, —Baekhyun llama a su hijo mientras lo persigue, —niño del diablo, ven acá, —se detiene un momento para respirar mientras ve de reojo como su hijo asoma su cabecita desde la parte de atrás del sofá.

—No, —le saca la lengua y se va corriendo de ahí. 

—Te vas a bañar, te guste o no, —reprende el omega molesto por tener que andar corriendo detrás de su pequeño de dos años y medio.

De repente puede escuchar la risa de su hijo y la voz profunda de Chanyeol quien había agarrado desprevenido al pequeño, cargandolo en sus brazos. El alfa camino hasta donde estaba él para luego acariciar su mejilla y besar su ceño fruncido.

—No te enojes, te vas a arrugar, —dice sonriente. —Ya lo voy a bañar yo, —deja un beso en sus labios.

Baekhyun hace un puchero cuando ve como el pequeño se va contento junto a su padre quien le estaba haciendo cosquillas en la barriga. A veces se sentía fastidiado porque su pequeño hijo no le hacía la caso la mayoría del tiempo.

Decidió simplemente ir a desayunar mientras piensa en que ese día tenía un montón de trabajo que hacer ya que su jefe se había ido hace dos meses a su luna de miel, al parecer alguien había captado la atención del alfa. Tenía tanto trabajo acumulado por culpa de eso y era Baekhyun quien tenía que ordenar todo.

Preparo la lonchera de Chanyeol; aunque el alfa no era aún su marido, le gustaba mimarlo como si lo fuera y que mejor que mandarle una gran comida para que no se vaya a desmayar por falta de alimento. 

Después de un momento el alfa salió con su hijo ya vestido y oliendo a recién bañado, Chanyeol puso al pequeño en su regazo para darle de comer mientras Baekhyun se encargaba de lavar todo. 

Al momento en que tuvieron que irse, ambos se despidieron con un beso como de costumbre, aunque a Baekhyun le seguía sonrojando como la primera vez. 

—Ten un buen día, y comete todo, —acaricia su mejilla mientras acomodaba a Chanhyun en su brazo. —El otro día no comiste las galletas que te hice, —hace un puchero.

—Prometo que me comeré todo, —vuelve a dejar otro beso para luego irse. 

En el momento en que Baekhyun llegó vio que todo el mundo estaba de buen humor, bueno suponía que era porque el señor Kim llegaba ese día después de tanta ausencia. Se encoge de hombros y va a la guardería para dejar a su pequeño quien de inmediato fue a jugar con sus amigos.

Mientras iba al ascensor pudo ver a la serpiente venenosa de la ex secretaria, no soportaba verla. Sin embargo, la ignoro y fue a su lugar de trabajo donde habían muchos archivos para ser procesados, ya le dolía la cabeza. 

Después de unas horas pudo percibir el aroma de alguien muy conocido que le hizo sonreír, se dió la vuelta viendo cómo el señor Kim se acercaba junto a un muchacho más bajito de ojos grandes y cabello rojo, por un momento sintió algo familiar, como si ya lo hubiera visto antes, pero nada venía a su mente.

—Hola, Baek, te extrañaba y a tus rabietas, —desordena el cabello del omega. —Te quiero presentar a mi esposo, —pone al omega a su lado, —es Kim Kyungsoo, —besa la mejilla del chico quien se sonrojo al instante, —él es Byun Baekhyun, mi secretario y un buen amigo, —señala con su cabeza al omega.

Kyungsoo frunce su ceño por un momento ya que la cara de aquel chico le era conocida, pero no recordaba de dónde. Sin embargo, juraba que ya lo había visto antes, pero cuando intento rebuscar en su mente solo le dolió la cabeza por lo que lo dejo ir.

Baekhyun se levanta y hace un pequeña reverencia a la pareja a modo de saludo para luego dedicarles una sonrisa cortes, no esperaba que el esposo de su jefe sea tan… normal. Es decir, el señor Kim era un CEO multimillonario, suponía que su esposo iba a ser algún pomposo vestido de encaje y seda con la nariz alzada como si todo le apestara, mirando por encima del hombro a todos. 

Redención || ChanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora