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Rosseanne se giró con rapidez, escondiendo el cuadro en su espalda.

-M-me aburría y vine a explorar.-Sonrió con ternura.

-¿Tienes algo en tus manos?.-Preguntó con una ceja arqueada.

-No sabía que jugabas al hockey.-Dijo señalando un palo negro y rosa de hockey.-Es un deporte muy complicado.-

-No es para tanto.-Dijo Lisa encogiéndose de hombros.

-Bueno, me voy al baño.-

Dicho esto la rubia salió medio corriendo de la habitación dejando a la peli negra un poco confundida.

Cuando Rosseanne dejó la habitación se acercó al armario donde estaba esta antes.Agarró un libro y lo volvió a dejar cuando en su hueco más preciado faltaba lo que lo hacía especial.

-¿Dónde está mi foto?.-Lisa miró al suelo por si se había caído, pero no encontró nada.Miró también en la estantería por si lo había movido otro día, pero en ese momento se dio cuenta.-Mierda.-

Mientras, Rosseanne se había encerrado en el baño para observar mejor la foto

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Mientras, Rosseanne se había encerrado en el baño para observar mejor la foto.Los recuerdos de días pasados llegaban como huracanes a su mente y deseaba que dejaran de ser recuerdos.

Agarró su móvil y lo desbloqueó viendo en su pantalla de inicio la foto que ella había tomado de Lisa ese mismo día.Ella con su sudadera azul y su capucha mirando al cielo mientras reía.

Rosé rió nostálgica, había amado a Lisa como nunca más a nadie amó.Y lo seguía haciendo.Quería volver a aquellos tiempos en los que eran jóvenes y felices.En los días que pasaban riendo o hasta en las noches acurrucadas viendo una película o hablando.

Porque lo que había sido una amistad por años, había llegado a ser un romance, un amor verdadero y una promesa inquebrantable.

Rosé no se dio cuenta en que momento las lágrimas empezaron a salir de sus ojos hasta que una gota cayó en el cuadro.Recordó cuando la gente le preguntaba por qué le gustaba la lluvia a ella y a Lisa.Ellas siempre respondían lo mismo : "La lluvia hace que los corazones se alteren, eso la hace más divertida que el sol".

Se secó las lágrimas y volvió a mirar la foto de su móvil, ahora que lo veía, Lisa sí había cambiado bastante.No solo en su pelo, ya que había vuelto a su color natural.Sino que ahora tenía unas facciones más maduras comparadas a las de antes, que le hacían ver muy adorable.Parecía que ahora fuera una persona seria con todo el mundo.

Unos golpecitos en la puerta la sacaron de su mente.

-Está lista la cena.-Se escuchó a Lisa detrás de la puerta.-Baja cuando quieras.-

-Ya voy, gracias.-

La rubia se levantó y salió del baño después de mirarse en el espejo, por si quedaban restos de lágrimas.Primero fue hacia su habitación, que era, según Lisa la de invitados.

 Detrás del cuchillo -ChaeLisa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora