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El móvil de Lisa sonó.Era una llamada de Yeji.La pelinegra suspiró, pensando que sería trabajo, pero cuando contestó, se llevó una grata sorpresa.

Resulta que su amiga Yeji había conseguido que un edificio, el cual era como un instituto de baile, les dejaran la institución durante toda la noche.Y os preguntaréis por qué.Pues es simple.Yeji y Lisa cuando eran adolescentes iban a clases de baile y siempre que podían abusaban de su poder y utilizaba la ley para tener unos tiempos libre bailando.

En ese momento Lisa se acordó de algo.No solo iban ellas a clases de baile, la rubia que dormía plácidamente al lado suya también.Y no se iba a ir sin ella.

Movió con cuidado el cuerpo de Rosé oyendo sus murmullos de queja.

-Yo y Yeji vamos a ir a bailar.-Le dijo cuando la rubia abrió los ojos.-¿Quieres venir?.-

La sonrisa de Rosé le dio la respuesta.

-Me cambio y vamos.-Con eso Lisa asintió y siguió con la morada el delgado cuerpo de la chica.

Suspiró.

-¿Esto contará como una cita?.-Murmuró tan bajo que solo ella pudo escuchar.

-Murmuró tan bajo que solo ella pudo escuchar

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-No me lo puedo creer.-Susurró enfadada Lisa.-¿Por qué no me dijiste que no habías conseguido el permiso?.-Miró enfadada a Yeji.

-Porque no hacía falta.-Le contestó susurrando también.-Según el informe hoy el establecimiento estaba cerrado.-La rubia alta se encogió de hombros.

-¿Eso significa que estamos haciendo algo ilegal?.-Preguntó bajo Rosé, que tenía que mirar un poco hacia arriba para ver la pelea de miradas que tenían las inspectoras, ya que le superaban de altura por bastante.

-Sí, por culpa de esta.-

-Con respeto Manoban.-

-Cállate Hwang.-Rosé suspiró, le daba la impresión de que esto lo hacían seguido.

-No pasa nada saldremos de aquí.-Tranquilizó la baja.

-¿Y como estás tan segura?.-Preguntó Lisa mirándole fijamente.

-No es tan difícil.-Contestó encogiéndose de hombros.-Solo hay que esperar a que no se escuche nada.-

-Y salir corriendo sin mirar atrás.-Le cortó Lisa, es lo mismo que ella misma le había dicho a Rosé cuando se metieron en la oficina del director para recuperar el móvil de Rosé a los quince años.

Se miraron a los ojos intentando descifrar sus pensamientos.El corazón de Rosseanne se encogió, Lisa si se acordaba de ella.Eso hizo que se sonrojara levemente por la intensa mirada de la pelinegra.

-Pye.-Dijo Yeji algo incomoda.-Entiendo que os hayáis completado la frase, cosa que es muy bonito y todo.-Susurró con desinterés.-Pero si no lo sabéis, estamos detrás de un armario pegadas contra una pared llena de polvo y hay que salir de aquí.-Dijo acercándose al final del armario para mirar si había alguien.-Ya no hay nadie,.-Volvió a su sitio y las miró.-¿Dalimos de aquí?.-Les sonrió y las mujeres asintieron.

Cuando llegaron a casa, Lisa, se llevó una adorable reprimenda de la rubia

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Cuando llegaron a casa, Lisa, se llevó una adorable reprimenda de la rubia.

-¿Te estás riendo?.-Lisa se calló de golpe y nego.-Asi que con esas tenemos, ¿eh?.-

Lisa no pudo aguantar más y empezó a reír como una loca.

-¡No te rías!.-Le dijo dándole un golpe en el brazo.-¡Te estoy regañando!.-Lisa se secó las lágrimas que habían salido por la risa.

-Perdón, es que pareces un pastelito regañándome.-

-¿Perdón?.-

-O una ardillita.-

-¿Tú quién te crees que eres?.-Dijo cruzándose de brazos.

-Soy la ley.-Dijo sonriendo.-Pero si te sirve de consuelo.-Dijo acercándose.-Tienes pinta de ser un pastelito muy sabroso.-Se giró dejando a la rubia con las mejillas rojas y la boca abierta.

-¡LaLisa Manoban vuelve aquí!.-Gritó pisando el suelo con fuerza.

Lisa se giró con brusquedad.

-¿Cómo sabes mi nombre?.-

 Detrás del cuchillo -ChaeLisa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora