Capítulo 2

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Nuevo día.

Despertando por el sonido de mi alarma, me apresuré para a alistarme. Las mañanas no eran lo mío, y después de todo una semana agotadora intentando acostumbrarme a las nuevas clases y profesoras, al fin era viernes.

A pesar de ser ya el segundo año que vivo en los dormitorios, nunca me iba a cansar de levantarme y que la primera persona que veía en el día fuese Bakugou.

Al salir de mi cuarto ahí estaba, con sus auriculares puestos apoyado contra la pared que dividía nuestras habitaciones. No sé cuándo se había hecho un hábito que me esperara todas las mañanas, pero lo agradecía. Con sus cabellos alborotados, pero de alguna manera siempre iguales, notó que había salido y pude apreciar todo el proceso de cómo sus ojos se suavizaban al encontrarse con los míos. Y yo, ante tan diaria pero brillante escena, no pude evitar sonreír con toda la alegría que sentía.

Lo salude con energía, y él, con una forma distinta de emoción me imagino yo, me correspondió el saludo.

Comenzó a quitar los audífonos de sus oídos mientras comenzábamos a caminar, así que aproveché su falta de atención para acercarme sigilosamente. Y justo cuando estaba por dar vuelta la cabeza para decirme algo estampé un beso en su mejilla.

- Buenos días – le volví a decir, alegre de haberlo atrapado con la guardia baja.

Sin esperar respuesta, me apresuré hacia el interior del ascensor, ya conocía yo las explosivas reacciones que podía llegar a tener el rubio.

Bakugou tardó un par de segundos en seguirme, y ya dentro del elevador, pude notar como se esforzaba en mantener la compostura, aunque el leve sonrojo en sus mejillas lo delataba.

Yo no podía desperdiciar esa oportunidad de molestar a mi adorable novio.

- Vamos Bakugou – le dije, mientras el nombrado me fulminaba con la mirada. – Ya no tendría que haber ninguna reacción ante cosas así – le dije al mismo tiempo que deseaba que esas reacciones nunca pararán.

- No es lo que crees – dijo con los brazos cruzados. – Fue simplemente inesperado, nada más.

- Bien – dije aún con una sonrisa. – Entonces ahora viene con un aviso – el rubio me miró con curiosidad y desconfianza. – Bakugou, te voy a besar y ahora en los labios.

- ¿Q-qué--? – comenzó a decir, pero yo ya había comenzado a acortar la poca distancia que nos separaba.

Nunca me iba a cansar de poder besar a Katsuki, e iba a aprovechar cada oportunidad que se me diese. Así que, decidido, apoyé mi mano en su mejilla, notando como los ojos de Bakugou brillaban a pesar de nunca haber dicho que estaba de acuerdo.

Justo cuando al fin iba a llegar a mi objetivo, el ascensor llego a su destino.

Al momento que se detuvo y sus puertas comenzaron a abrirse, el rubio dio un decidido paso lejos de mí. Y sin mirar atrás siguió su camino.

Suspiré.

Sabía muy bien que el chico explosivo pensaba en que no podía arriesgarse a que nos vieran juntos, así que intentando tragarme mi decepción lo seguí. Al menos hoy era viernes, lo que significaba después de un arduo comienzo de año escolar podría salir y estar a solas con Bakugou.

Pero tuve que haber adivinado que no sería tan sencillo. No era el único con la idea de salir.

A penas sonó el ansiado timbre que daba por finalizado el día, fui hacia el lugar de Bakugou llegando al mismo tiempo que mi grupo de amigos.

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