Una Nueva Vida

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Luego de 18 años mortales, Rhode habia cambiado mucho , su apariencia física no era la misma, se asemejaba más a la de una adolescente de su edad, había crecido mucho en tamaño y forma. Su rostro era fino con una naríz perfecta y ojos negros cual noche, acompañados de una larga cabellera , y figura esbelta.

La antigua Diosa del mar se encontraba saliendo de su cabaña, aquel lugar que le traía varios recuerdos , todos esos momentos en los que durante su niñez , en su mente de risa y juegos, aglomeraban las pesadillas; y Arthur su maestro, la consolaba con palabras dulces, formulándose que si hubiese tenido un padre, desearía que fuese como él.

El mes pasado había cumplido 18 años, y por lo tanto sus antiguos maestros , la abandonaban , llenando de dolor su corazón, dejándola a su merced; durante algún tiempo residían con ella Apolo y Eosforo, sus grandes amigos, pero debido a las ocupaciones también tuvieron que marchar.

Rhode llevaba consigo un sobre de color violeta, que contenía un pequeño mensaje, enviado por el consejo de los gigantes.

Querida Diosa Rhode, el motivo de la presente es para darle a conocer que vuestra persona ha salido seleccionada, del grupo de Dioses en desarrollo para empadrinar a un/ a mortal , elegida por su persona ; en la cual expresará todos sus saberes y conocimientos, volviendo a este digno /a participante de los 11 Juegos De Aghartha. Cuyo premio principal en el caso de conseguir la victoria, serán:
-En el caso de la/o humana/o el privilegio de convertirse en un Dios .
-En el caso de su santa potestad , el convertirse en un Dios Completo, acelerando su desarrollo , aproximadamente 590 años.

Una vez recibido este mensaje, esperamos verla lo antes posible en el Edificio de Mensajería, en donde se le darán las pautas y reglas necesarias.

La antigua Diosa, caminaba por un largo sendero empedrado y rodeado de árboles, recordando este antiguo mensaje, y formulándose, el cómo sabría reconocer a la persona indicada ; y por sobre todas las cosas a quienes además se ella, elegirían ; tenía entendido que eran 20 padrinos en total, 10 dioses en desarrollo y 10 completos. Lo que más le preocupaba era el segundo grupo y quienes lo conformarían.

Pronto, el camino llego a su fin, ubicándola al frente del Edificio de Mensajería, aquel lugar enorme, que fué su primer punto conocido de aquel continente; ubicado por debajo de la superficie terrestre, a oscuras del mundo exterior , que desconocía su existencia.

Aquella edificación habia sido remodelada, y contaba con dos puertas laterales, una a cada lado , la primera para gigantes, de 5 a 32 metros; y la otra para seres de estatura normal, de 1 metro a 4 de altura. Con gran cautela entró através de la segunda a una instancia que se encontraba aglomerada de gran cantidad de personas, formadas ordenadamente en una hilera, esperando ser atendidas , a lo lejos pudo observar dos siluetas conocidas, la de sus dos amigos.

Apolo, que se encontraba hablando con Ani, la gigante que conoció el primer día, y Eosforo, su más nuevo compañero , de la misma edad, de cabellos rojizos y ojos color miel.

Se acerco a dicho grupo robando las miradas de los jóvenes, quienes con un simple vistazo no descuidaron la atención que le tenían a la mujer; Ani, interrumpió sus palabras para dirigirse a Rhode

-Les estaba informando a tus amigos, que mañana irán a la superficie, para encontrar a su dote, el humano que los representará- dirigiendo la mirada a los muchachos, mientras les entregaba un mapa de todo el mundo, con minuciosos detalles, y apartando uno para Rhode - elijan el lugar en el que quieren comenzar su búsqueda , y me lo dan a conocer luego.

La dama dio media vuelta y se marcho en dirección , a aquella transcurida fila, en la que solamente Rhode pudo reconocer a Calipso, que se encontraba casi al inicio de la hilera, aquella Diosa de cabellos hondulados habia sido su socia en aquellas aventuras y escapadas repentinas, a la frontera que los dividía con los dioses completos ; lugar en el cual nacían unas extrañas pero hermosas flores de colores violáceos y magentas, que no se encontraban en ninguna parte de tal vasto e inexplorado continente.

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