La protección de un padre

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Cual ráfaga de viento Poseidón acudió a su llamado ante el rey de los Dioses, que se encontraba en el mismo lugar bendecido de una vista favorable, en el que se podían admirar todos sus dominios y creaciones.

-Me mandaste a llamar - preguntaba el Dios de los mares, mientras sus pensamientos se centraban en su hija, que había hecho desaparecer por aquel portal, y que ahora se encontraba protegida en su palacio submarino, una fortaleza impenetrable, bajo la vigilia de centenares de nagas, seres mitad serpiente respetados por su ferocidad y lealtad.

-¿ Estas consciente de qué hace unos segundos, el Olimpo estaba sufriendo un ataque de parte de los titanes? - interrogaba Zeus mientras admirada el poco interés de su hermano, que daba la impresión de tener cosas más importantes que hacer.

- ¿ Y adivina quién los estaba dirigiendo ?

- Ah, Eosforo, ese titán siempre da problemas.

- No te hagas el mal entendido Poseidón, estoy hablando de tu hija, esa descontrolada que en vez de apoyar a los de su sangre , va en contra de ellos.

-Solamente son aventuras de jóvenes - decía mientras codeaba a su hermano- nosotros también tuvimos muchas de ellas.

-Si, si las tuvimos, pero en ninguna de ellas nos generamos pleitos entre los nuestros, como es el caso tu Rhode con Athenea, y para colmo esta sublebación . Si no la reprendes y la haces acatar las reglas, yo lo haré - amenazaba, abriendo un agujero de gusano, dejando ver su destino, aquel lugar sombrío y penoso, conocido como inframundo.

-Inténtala hacer daño y sacaré mi Dios liberador, y yo mismo te destruiré.- hablaba, empuñando su tridente como símbolo de advertencia.

-Si yo caigo, tú caerás conmigo, no te vas a querer librar ahora, es demasiado tarde, así que cuídala más por que en cualquier momento se te puede ir.

Con este último recordatorio el portal despareció y con el la presencia de Zeus.

En los momentos de crisis, debes contar con los mayores aliados posibles, esa era la doctrina de Zeus.
Recordando esto Poseidón corrio rápidamente, acudiendo a donde se encontraba Hera, su confidente, que buscaba en el antiguo campo de batalla una poderosa y olvidada arma capaz de causar la muerte a un inmortal.

En un abrir y cerrar de ojos el Rey de las Aguas, ya se encontraba en aquel lugar amurallado, cubierto de rocas en cuyo interior abundaban armas y defensas. Enseguida lo vio, Hera lo recibio gustosa, tranquilizándolo.

Aquella mujer lo conocía desde hace muchos eones, sabía todo sobre él, sus amores y desamores ; sus gustos y disgustos.

-Tranquilo, mi esposo ya se fue, está con Hades intentando hacer alianzas - le decía, dirigiéndolo a una confortable butaca ubicada en la parte norte de aquella espaciosa habitación.

-Hera, ya no puedo más , ya no puedo controlar a mi hija, no se donde esconderla para que Zeus no la encuentre y ella no busque la libertad. Y me preocupa que ahora él este intentando convencer a otros , para que lo apoyen.

-No te preocupes, Hades jamás acepatará hacer tratos con Zeus, luego de la muerte de Perséfone, acerca de la cual todos culpan a mi marido - hablaba mientras contemplaba a su hermano,, jamás lo habia visto así en verdad que nunca había estado tan preocupado por alguien.

Ella, dentro de su conciencia,daba mucho valor a la idea que Rhode era la de la profecía, no había nadie más que reuniera en su sangre, elementos tan puros como los de Afrodita y un Dios Primordial.

-De seguro que él la protegería como si fuese su esposa fallecida.

-Nunca aceptaría dejarla sola, y alejarla de mi lado.

-Entonces la última solución es Afrodita, ella vive con los gigantes en Agharta, el lugar más puro para los liberadores, estará con alguien a quien le importe y no tendrás por que temer de su bienestar.

-Cuando a Afrodita le importe mi hija será el fin del Olimpo. -Me iré a Ether, donde los hados , para cambiar el destino de Rhode.

-¡¡¡ Estas loco!!! , nunca nadie ha vuelto de ahí, no los vas a poder convercer, quien protegerá a Rhode mientras no estes aquì.

-Esa es la razón por la cual te busqué , quiero que la protejas durante mi auscencia, te ruego que estes con ella en mi palacio , Anfritrite esta con sus padres y Tritón se fue con ella ; nadie permanecerá en mi hogar, solo tú y los guardias pero estos no tienen acceso a las habitaciones reales; solo ha sus circundantes -susurraba mientras le entregaba un código -con este código podrás entrar en su recámara, pero por ninguna razón la dejes salir.

-Te ayudare, pero no pienso que sea mejor para ella que te marches ahora.

-Hera, te confio mi bien mas preciado, si todo sale bien volvere en 2 días mortales.

Sin mas decir el Dios despareció de la estancia , bajo la mirada atónita de Hera. -Debería contarselo a Afrodita, ella es su madre, la prodrá proteger mejor que yo -pensaba la Diosa mientras desaparecía a un lugar extraño , jamás antes pisado por un Olímpico. Forjado en el vientre de Gea , resguardo de Liberadores, creado por gigantes y fecundado por Afrodita.

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