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Ninguno recordaba haber tenido un día tan emocionante y estresante al mismo tiempo, con preocupaciones, peleas, sentimentalismo y dudas que se generaron en todo el proceso y que finalmente ese día iba a terminar finalmente.

No habían querido algo demasiado ostentoso ni extravagante. Mientras más sencillo, mejor, especialmente para TaeMin. Tenían pocos invitados y la fiesta sería en el mismo lugar y eso volvía todo más íntimo, aunque no menos difícil de organizar.

Se habían involucrado tanto como pudieron, pero TaeMin solo tuvo que tomar un papel más importante porque MinHo estaba a punto de sacar su especialidad y realmente consumía su tiempo por completo. Lo entendía, estaban para apoyarse como pareja.

Claro que hubo crisis después de la genial idea de Choi MinHo de pedirle matrimonio justo antes de iniciar su especialidad y estar trabajando día y noche como medico general.

Pero fue el mejor día de su vida, hasta ese y el que estaba por llegar más pronto que tarde, si todo salía bien y ellos eran considerados... Dios, MinHo había sido tan tonto y tan romántico al mismo tiempo.

TaeMin no consideraba a MinHo alguien demasiado organizado ni paciente, pero podía jurar que no esperaba una propuesta de matrimonio tan... horrible. Sí, horrible, debía reconocerlo, pero era suya y solo aprendió a amar esa noche porque también era parte de su historia.

Una noche que fue maravillosa y sanadora, a pesar de que había iniciado como la peor noche de su vida en demasiado tiempo, todo gracias a Choi MinHo y sus increíbles y estúpidas ideas.

Como médico general, MinHo tenía guardias que lo obligaban a no regresar a casa durante varias noches. Estaba ya acostumbrado y a pesar que podía haber noches donde se sentía más solo que otras, eran una pareja y definitivamente debían apoyarse siempre.

La decisión de vivir juntos solo fue una cuestión de tiempo. En algún momento de su larga relación, MinHo empezó a pasar más tiempo en su casa que en su propio departamento hasta que un día solo se quedó allí y ya, ellos ni siquiera tuvieron una conversación adecuada sobre mudarse juntos, como varios aspectos de su vida que solo se daban por mera naturaleza.

Igual ninguna extravagancia en su relación podría superar su pedido de mano...

Había cerrado la panadería bastante tarde ese día y terminó extremadamente cansado así que fue un misterio para él cómo logró, en su inconsciencia, escuchar su móvil vibrando en su mesa de noche.

Una llamada de noche no era algo extraño para TaeMin desde que decidió hacerse novio de un médico adicto a su carrera y que amaba esta demasiado, pero MinHo tenía la regla de no molestarlo después de media noche y es que, si algo interrumpía su sueño, él no podía volver a dormir ya.

Por eso tomó el móvil, entre alertado y adormilado.

—¿MinHo? —preguntó esperando escuchar la voz de su novio, pero no fue así.

—¿Me comunico con el señor Lee TaeMin?

—Sí... Soy yo, ¿pasó algo? —Casi cuestionó, extrañado de escuchar la voz de aquella mujer cuando la llamada estaba dándose del móvil de su novio.

Se sentó en su cama demasiado rápido, con una sensación de vacío extraña y prendiendo la lámpara que tenía en la mesita que noche que MinHo y él compraron junto a su nueva cama, cuando la suya, más pequeña, no fue suficiente para ambos.

—Me comunico del área de emergencia del hospital Dongjak Gyeonghui. El señor Choi MinHo tuvo un accidente mientras ejercía su labor como médico. En su registro figura usted como su pareja así que necesitamos que se apersone lo más pronto posible.

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