III

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Damián camina con pesadez hacia su habitación, su cuerpo esta entumecido y su mente es un torbellino de dudas.

Sus músculos están tan acalambrados que siente que en cualquier momento caerá al suelo, y se siente tan enojado que la causa de su tensión no sea más que su compañero Jonathan y el estrés que viene acompañado de estar su lado en su actual situación.

Observa la puerta de su cuarto a unos metros y se apresura para llegar, ya tiene planeado tomar un baño para relajarse y pensar en cómo lidiar con las sospechas de Jon y el molesto Grayson que sabe no lo dejará en paz ahora que lo ha descubierto.

El azabache entra a su habitación y el primero recibirlo es Titus, sonríe pero enseguida frunce el ceño al ver a una persona sentado sobre su cama con su gato Alfred en sus piernas.

- ¿Qué demonios estás haciendo aquí Grayson? - gruñe malhumorado.

- Estaba esperándote - le responde acariciando la espalda del gato que recién se levantó al ver a su dueño llegar.

- Tt - su muletilla se hace presente -. No estoy de humor para hablar.

Camina hacia el baño mientras se deshace de su traje, dejando cinturón, guantes y botas en el camino; sinceramente no está del todo estable emocional y mentalmente como para tener que lidiar con los dramas de su hermano adoptivo.

- Entonces escucharas - exigió levantándose y tomándole del brazo -. O le diré a Bruce.

La mirada iracunda que lanzó Damián ante la amenaza fue la única advertencia que el acróbata recibió antes de recibir un empujón que apenas lo movieron unos centímetros.

La ira se apoderó del cuerpo del menor y se preparó para una pelea con el intruso en su cuarto. Se lanzó primero con una patada que fue bloqueado por el brazo derecho del acróbata, luego arremetió contra su abdomen dejando un par de golpes antes de ser lanzado hacia un costado.

- No quiero pelear Damián, solo quiero hablar.

Grayson habló a modo de advertencia, levantando sus brazos para demostrar que era inofensivo pero Damián hizo caso omiso y se preparó nuevamente para pelear.

Pero antes de poder retomar la pelea sintió una intensa sensación que quemaba su garganta obligándole a toser y retroceder apenas unos pasos. Intento suprimir la tos, de verdad lo intento, pero eso solo parecía avivar la ardiente sensación en su garganta y la dolorosa sensación en su pecho.

Richard se apresuró a su lado cuando vio su cuerpo trastabillar y lo tomó del costado para evitar que tropezara, intento hacerlo caminar hacia el baño pero ya era muy tarde para llegar.

- Damián - exclamó preocupado cuando observo que empezaba a escupir sangre.

No pasó mucho para que sus piernas cedieran, de no ser por el primer Robin probablemente se habría desplomado en el suelo, pero gracias a su fuerte agarre lograron quedar sentados en el suelo.

No pasó mucho para que un par de pétalos salieran de boca del menor y acabarán entre sus manos y el piso, cubiertas de sangre y saliva.

La calma pareció invadir de nuevo el cuerpo .magullado y herido del petirrojo menor al tiempo que la sensación de ardor se desvanecía de su garganta. Sin embargo, una sensación de querer vomitar aparecía en su hermano mayor, una sensación de miedo y frustración que le optimizan el corazón y le descartaban el alma, golpeando incesantemente su conciencia con el sentimiento de culpa e impotencia.

HanahakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora