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Habían pasado varias semanas desde que fueron a la playa, nuevamente estaban en clases y en su rutina de siempre.
Yuuji se encontraban entrenando con su equipo mientras Megumi practicaba con el violin una nueva partitura.
El azabache se notaba tenso y era algo que Satoru de dio cuenta desde que empezó a tocar el violin, pero no le preguntó nada hasta escuchar un bufido de su alumno.
— ¿Problemas en el paraíso Megumi-chan? — el nombrado frunció el ceño pero con ello le dio la razón al albino. — ¿Qué sucedió?
— No tengo opción ¿verdad?
— Nop. — Fushiguro suspiró dejando el instrumento musical a a un lado.
— Hace una semana entro alguien nuevo, de un grado mayor.
— ¿Hablas de Junpei Yoshino? — el azabache asintió. — ¡Oh! Es muy tímido pero se ve buena persona, parece que se lleva bien con Yuuji-kun... ¡Oh! ¡Ya entendí! ¡Estas celoso! — Gojo sonrió al ver la expresión de negación de su alumno.
— No, sólo estoy molesto de que pase tiempo con él.
— Esos son celos.
— No son celos.
— Lo son. — la mirada gris y seria de Fushiguro le hizo entender que no debía de seguir con esa competencia de quien tiene razón.
— No me molesta que tenga más amigos; pero Yoshino-senpai lo mira con ojos de... enamorado.
— Son celos. — una venita en la frente de Megumi se hizo presente junto con un rostro de frustración, Satoru no era de ayuda. — Pero hey, Yuuji-kun es muy lindo, no me sorprende que haya más gente enamorado de él.
— Gracias por tu ayuda.
— Megumi-chan, Yuuji-kun te ama y está enamorado de ti, no dudes en el amor que te tiene, no te cambiaría por nadie después de que por años por fin pueda ser tu novio. — el albino acarició aquellos cabellos negros de su alumno. — Bien, es todo por hoy, ve por tu Julieta, Romeo. — Megumi ignoró esos nombres para guardar el violin en su estuche y salir con todas sus cosas de esa aula.
Claro que iba en busca de su novio, ya debía de haber finalizado el entrenamiento de Itadori.
Al llegar al gimnasio encontró a su pareja caminar hacia la salida, al parecer habían acabado antes, Yuuji al verlo sonrió y se acercó rápidamente a él.
— Llegaste temprano.
— La clase terminó antes.
— ¡La mía igual! Es el destino. — el azabache al ver esa sonrisa de siempre le hizo derretir el corazón, acarició aquello cabellos rosas despeinado a su novio en el proceso. — Tengo que irme, llego tarde.
— ¿A qué? — Yuuji sonrío para besar la mejilla de su novio.
— Te había dicho que tenía que acompañar a Junpei-senpai para que se una a un club y después de eso irme contigo. — al escuchar el nombre de aquel chico le hizo gruñir, rápidamente el pelirrosa lo calmo dándole besos en su rostro. — Te dije que quería pasar el día contigo, así que me voy a apurar en eso ¿me esperarías? — el azabache asintió regañadientes recibiendo una sonrisa y una despedida de su pareja.
