Nosotros éramos enemigos de Jesús. Estábamos más lejos de él que de Moab a Belén (128 km). No teníamos el derecho de ser llamados extranjeros, ni siquiera de cosechar espigas en el campo de su bondad. No, éramos enemigos. El pecado era nuestro pariente más cercano. Nos había dejado desamparados, sin herencia. Pero Cristo nos recibió. No era nuestro pariente, pero se encargó de redimirnos. El pecado no podía hacerlo, pues su herencia es la muerte y la redención se trata de la vida.
Booz recibió la herencia de Elimélec cuando redimió a Rut, Jesús se despojó de sus riquezas para redimirnos. Booz celebró una boda con sus amigos, Jesús murió solo en la cruz. Booz extendió su manto sobre Rut, sobre el manto de Jesús los soldados romanos echaron suerte. Booz salvó la herencia de Mahlón, Jesús nos dio la suya. Booz era rico, Jesús, siendo rico se hizo pobre. Booz cumplió la ley, Jesús vino a cumplirla. Rut tuvo que pedirle a Booz que la redimiera, Jesús nos redimió sin que se lo pidiéramos. Los testigos de la redención de Booz fueron los ancianos y el pueblo; los testigos de la redención de Jesús en la cruz fueron los mismos soldados que lo mataron. Booz se alegró la noche antes de redimir a Rut, Jesús le pidió a su Padre la noche antes de la redención que pasara de él esa copa, pero que se hiciera su voluntad.
Rut dejó su pueblo, dioses, padre y madre por Noemí. Jesús dejó su Reino, a su Padre y a sus ángeles por nosotros. Rut recorrió 128 km para llegar a Belén, Jesús caminó mucho más anunciando las buenas nuevas de salvación. Rut aseguró que lo único que la podría separar de su suegra era la muerte, Pablo nos enseña que la muerte no puede separarnos del amor de Dios en Cristo Jesús. Rut tenía otro pariente que podía redimirla, nosotros no teníamos a nadie. Rut cargó 44 libras de cebada, Jesús cargó la cruz.
La historia de Salmón y Rahab, de Booz y de Rut, de David y Mefi-boset, de la cruz y Jesús son para ti y para mí, para que hagamos bondad como ellos. El mundo no siembra bondad, pero nosotros podemos hacerlo. Porque cuando sembramos, cosechamos, porque cuando mostramos bondad, somos como Jesús, a la imagen de su Padre.
¿Qué tan escasa ves la bondad en este tiempo? ¿Eres como el pueblo que habla de la ruina de otros o como los que socorren a las viudas y a los huérfanos? ¿Das esperando recibir algo a cambio? ¿Te preguntas qué te sobra para dar o qué tienes para dar? ¿Haces alarde de tu bondad? ¿Cuentas a todos lo que haces por otros o dejas que sea Dios quien te exalte? ¿Dejas caer bondad de tus manojos o solo las espigas que caen accidentalmente?
Hubo bondad en Moab y Belén, en la cruz, en tu historia y en la mía y todavía hay bondad en la tierra.
Salmos 27:13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes.
Salmos 31:19 ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, Que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
Gálatas 5:22-23 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Efesios 2:7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Efesios 5:9 (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad)
1ª Corintios 13:4 El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante;
1ra Juan 4:8 Dios es amor.
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Bondad en Moab y en Belén
Short StoryRut es la nuera de Noemí. Su suegro, esposo y cuñado murieron y solo quedan ella y su suegra, dispuestas a emprender un largo viaje a la tierra de la familia de su difunto esposo (Belén). Esta historia es enteramente bíblica. En ella emerge la bonda...