Capítulo 6.

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Perspectiva de Arthur.

El aire se había soltado, se escuchaba como moví las ramas de los árboles haciendo sonidos quebradizos, los pasos en las calles resonaban haciendo eco por el lugar, las luces de la ciudad alumbraban cada parte de las calles, eso seria muy tranquilo para cualquier persona, pero lo que más molestaba era escuchar las bocinas de los automóviles que se encontraban varados en el trafico, eso le quitaba lo bonito a las noches y en los días era mucho peor, detestaba como la gente no podían disfrutar un poco de la noche, incluso si estaban amarrados a una silla; se suponía que seria una gran noche, por lo que respiro profundo para eliminar esos pensamientos de su cabeza y dejar salir una gran sonrisa que se hacia notar por su maquillaje de payaso.

Sabia donde era aquella fiesta de millonarios a la que asistiría el guasón, el tipo al que metió en el refrigerador y lo dejo morir de hipotermia le había dicho en donde se encontraría esa noche como un intento de salvar su vida. Pero después de tanto pensarlo, aunque en realidad no fue mucho, decidió que asistiría al mismo lugar para encontrarse de una vez a su imitador.

Subía por las escaleras del lugar de la fiesta, recorriendo los amplios y bonitos pasillos de lugar, sus pasos parecían hacer eco, lo que lo ponía más inquieto de lo que ya estaba, casi dejando a su secuaces muy atrás al correr.

Repentinamente los pasos parecían duplicarse, lo dejo confundido así que paro su andar mirando como de repente unos hombres con mascaras de payaso salían corriendo del lugar, alzo una ceja, no eran sus hombres y lo sabia, lo empujaban por el hombro una y otra vez sin importarles, hasta que perdió el equilibrio y callo al frío piso del lugar.

—maldita sea— al estarse levantando pudo divisar a un hombre con saco morado, se miraron a los ojos mientras seguía corriendo, como si no lo hubiera reconocido o simplemente no le importo, esos momentos en que se vieron a los ojos parecían como si fueran minutos aún si el contrario se encontraba corriendo en sentido contrario, a lo que paro en seco al ver como el payaso que lo amenazó en cartas se encontraba en el suelo, sabia que era él porque no muchos se atrevían a vestirse de esa forma, podia notarse la locura a kilómetros.

—Un bonito encuentro ¿no... lo crees?— Hablo primero el de traje morado a su contrario que seguía tirado en el suelo, olvidándo por completo que la policía estaría a punto de llegar.

—demasiado, tú también esperabas esto ¿no?— le sonrió.

—no demasiado, ya que soy y seré el único payaso que puede sumergia a Gotham en la anarquía, me parece que dos… ya son multitud— saco su navaja del bolsillo de su saco y camino a paso lento hasta donde se encontraba aquel payaso arrogante que pretendía sacarlo del juego cuando apenas estaban comenzando.

—¿Una navaja? Me gusta como juegas— saco su arma de el bolsillo de su saco y le apunto al entrecejo con una sonrisa de satisfacción combinada con superioridad, el otro no temió por aquella acción, seguía acercándose a paso lento pero decidido, siempre con su andar jorobado. —podría dispararte en este momento y mandar a volar tus sesos mientras bailo sobre tu cadaver, pero que manera más aburrida de matarte— llevo su mano a la barbilla suponiendo pensar algo.

—¿Qué tal si jugamos a mi juego preferido?, la ruleta rusa, ¡quien se vuelve los sesos gana!— su sonrisa se expandió, relajándose los labios una y otra vez esperando la misma locura que demostraba, de verdad quería ver hasta donde podía llegar.

—jajaja, al parecer no soy el único que le gusta ese juego— ambos sonrieron ambliamente, Arthur abrió el cartucho de la pistola, notando que solo tenía una bala, giro de nuevo el cartucho para que quedara indefinido en donde se podría encontrar. —yo voy primero— se apunto a la cabeza.

—¡Por supuesto!, las damas siempre van primero jaja— dijo sarcásticamente, llevándose un ceño ligeramente fruncido del mayor.

Jalo el gatillo, mirando a los ojos al contrario como si no le importara, al ver que no había salido nada, se la entrego; Jack la tomo y sin perder el tiempo disparo directo a su cabeza, sin salir nada, haciendo la misma acción que había echo el contrario.

Un disparo y nada, segundo sin resultado, tercero tampoco, cuarto aún sin nada, hasta que llegó el turno de Arthur una vez más, era el último cartucho dejando muy en claro que terminaría disparandose directamente, pero en sus expresiones no se notaba ni un poco de miedo, abrió la boca y puso el cañón de la pistola dentro de ella, riendo levemente.

Parecía un silencio eterno, aun no se disparaba, se miraban a los ojos mutuamente; hasta que unos pasos dieron fin a ese silencio.

—¡Alto ahí!— grito un hombre bien vestido, traje negro y una pistola en mano, era un guardia que se había dado cuenta del escándalo causado y fue a ver si es que los criminales se habían ido, los apuntaba con la mano temblorosa.

Jalo el gatillo y le dio directo a la frente de aquel tipo de traje negro, Jack miró al contrario, quien seguía apuntando al lugar en donde estaba el tipo que tan solo segundos atrás había caído de espaldas.

—Pero qué mala educación... de interrumpir nuestro juego— Hablo Jack con cierta molestia, saco su navaja, agarro a Arthur de la nuca estirando sus cabellos verdosos, le puso la navaja en la comisura de sus labios e hizo una ligera presión. —Una lastima que el juego haya terminado de esa manera, sería... un placer hacer lo que la bala no hizo— su voz era áspera.

Arthur se movía de vez en cuando con brusquedad para quitar su agarre, le sonrió al contrario, algo que alentó a comenzar a desgarrar la comisura de sus labios, brotando sangre de ellos y dando lugar a quejidos y risas por parte de el mayor.

—¿Sabes?, has hecho esta noche mucho más... interesante— Debido a eso, a su mente llego el matarlo rápidamente para evitar su dolor, solo por eso, pero al sentir como lograba liberarse de su agarre abrió sus ojos ligeramente.

Abriéndolos mucho más al sentir como recibía un beso, con aquel sabor a sangre que salía de los labios ajenos, no sabia que hacer exactamente por lo que no tuvo tiempo de reaccionar como quería cuando despegó sus labios.

—...— no sabia que decir con lo que acababa de pasar y menos el contrario, que no sabia el porque lo había hecho.

[...]

Al sacudir su cabeza un poco por pura inercia, su mundo cambió, se encontraba sentado en una silla en una cuarto oscuro, dedujo que seria su habitación ya que le gustaba estar en ese tipo de ambientes, extrañamente se encontraba incomodo en esa silla. Seguramente una vez más su mente le había jugado una mala pasada, una de sus tantas alucinaciones, pero se había sentido tan real, encontrarse con ese payaso era uno de sus deseos más profundos dentro de su ya dañada mente, aun que nunca pensó que en su mente se formarán ese tipo de alucinaciones relacionadas con un hombre y mucho menos con su contrincante.

Una ligera molestia había en la comisura de sus labios, todo con su lengua la parte que le incomodaba y pudo sentir como si tuviera una gasa pequeña, para evitar el sangrada, ahora se estaba preguntando si de verdad había sido una alucinación lo que había pasado por su mente.

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Uy, la verdad hasta yo me ilusiones al escribirlo.

Espero les vaya gustando 💜

Una gran... Sønrisa! [Pausada Indefinidamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora