𝑳𝒊𝒙𝑩𝒊𝒏 !🌷
Nunca se aprecia lo suficiente a alguien hasta que lo pierdes y justamente le pasó a Felix. Siempre pensó que valoraba mucho a las personas de su alrededor hasta que un día, perdió al amor de su vida entre sus brazos.
𝗔𝗱𝖺𝗽𝘁𝗮𝗰...
Cuando Félix se dio cuenta de que su mayor estaba enfermo, era tarde. Había regresado de vacaciones a Corea junto a sus padres y se sentía realmente feliz de volver a casa pero ChangBin ignoraba sus llamadas y mensajes. Eso era bastante extraño por parte del pálido ya que siempre estaba pendiendo de él.
Su mirada estaba fija en la puerta de la casa de ChangBin. Quiso llegar de sorpresa para verlo y contarle todas sus anécdotas. Con su dedo índice presionó el timbre de la casa anunciando que alguien llegó. Varios pasos se escucharon hasta que la puerta fue abierta.
─ ¿Félix-ah? ─ La señora Seo fue la encargada de recibirlo.
Asintió. ─ Hola señora Seo ¿cómo está? ¿puedo ver a hyung?
La fémina abrió los ojos. Su hijo no estaba en condiciones de ver a alguien, pero aún así lo dejó pasar.
─ Y-yo voy a hablar con Binnie y te aviso. E-espera aquí. ─ Le señaló el sofá y se apresuró a subir las escaleras.
Le hizo caso a la señora Seo y se sentó. Observando a su alrededor, casi todo seguía intacto excepto la mesa cerca de la puerta; ya no tenía los jarrones con orquídeas en cambio tenía varías cajas de tapabocas, pañuelos e inhaladores. Pensó que podría ser que el asma del señor Seo se había agravado así que le restó impotencia.
─ Félix-ah, debo contarte algo. ─ Asintió mientras veía caminar a la mayor hasta donde él estaba. Se sentó a su lado y tomó sus manos entre las de ellas. ─ Mi pequeño ChangBin está enfermo.
Así que por eso son las cosas de la mesa, pensó Félix.
─ ¿hyung está bien?
La señora Seo con miedo de que su voz sonara entrecortada, negó suave con su cabeza. Al menor se le partió el corazón, su hyung siempre fue muy susceptible a enfermarse y él no había estado para cuidarlo.
─ Pero ¿va a mejorar, cierto señora Seo?
La mamá del mayor no supo que decir, su garganta estaba cerrada impidiendo responder y los ojos brillantes pero tristes del menor, no le ayudaban. Un leve pero decidido apretón en sus manos fue recibido.
─ Cuidaré de hyung para que se mejore pronto. ─ Le sonrió a la mayor y caminó por las escaleras.
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