ONE SHOTS (ATSUHINA)

Our First Time

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Hinata no debería tener problemas con mantenerse tranquilo ya que últimamente han funcionado las rutinas de respiración... al menos con el voleibol. Fue gracias a una compañera de clase quien amablemente le dio alguno que otro consejo, y en realidad también fue gracias a la persona con la que está saliendo actualmente.

Sin embargo, sus palmas sudadas casi resbalan contra las de Atsumu mientras lo lleva hasta su habitación.

—Shoyo-kun.

Se detienen cuando cruzan la puerta.

—¿Sí, Atsumu-san?

Atsumu deja escapar un suspiro y por un momento Hinata cree que está enfadado, pero luego siente a Atsumu abrazarlo por detrás; apoyando la cabeza en su hombro.

—Si todavía no te sientes seguro...

Shoyo lo está, han pasado largos meses desde que estuvo pensando en esto.

Se gira suavemente rodeando el cuello de Atsumu con sus brazos.

—Lo estoy —murmura—. Y de todos modos, gastaste mucho dinero para venir aquí, no puedo arrepentirme así de fácil.

Los ojos marrones brillan en reconocimiento.

—Vine porque te extrañaba —admite y aunque Shoyo le cree, no puede evitar entrecerrar los ojos. Atsumu sonríe como un zorro— ¡Bien, bien! —dice dejando un beso en su nariz—. También estoy emocionado por hacer travesuras contigo, ¿qué piensas?

Hinata se sonroja y golpea su brazo sacando un gemido exagerado de Atsumu.

—¡Eso duele, Shou!

—Tsumu-san, le diré a Osamu-san que eres una especie de pervertido.

—¡No lo harás!

Atsumu lo atrapa y se sobrepasa con las cosquillas, Shoyo doblegando su cuerpo cuando siente los dedos de Atsumu en su vientre; sacándole hasta la última risa desde el fondo de su garganta.

—¡P-para!, ¡es suficiente!, ¡Atsu–

La sonrisa es reemplazada por una expresión de sopresa al instante en que Atsumu lo levanta obligando a Shoyo a amarrar sus piernas en la cintura del mayor. La puerta se cierra detrás de ellos y en un parpadeo Hinata aterriza en la cama que lo amortigua con seguridad.

Entonces Atsumu lo besa, dulce y gentilmente como siempre lo hace.

El pelinaranja se arrastra hacia atrás con los codos para que Atsumu se acomode fácilmente entre sus piernas. Las manos de Shoyo se deslizan por el cuello del rubio, rompiendo el beso con un chasquido.

—¿Prometes no volver a burlarte?

—¿Qué pasa si lo hago? —pregunta Shoyo sin una pizca de inocencia.

Atsumu tararea juguetonamente, su dedo índice bailando en el abdomen de Shoyo y este último cree que termina así.

No lo hace.

La mano de Atsumu divaga por el torso de Hinata, trazando líneas sencillas en la piel definida que Shoyo ha conseguido durante los últimos años gracias a largos entrenamientos. Hinata está conteniendo la respiración, los dedos de Atsumu son especialmente callosos y si bien el rubio intenta cuidarlos; sabe que es imposible debido a lo dedicado y adicto que puede ser por el voleibol.

Afortunadamente no duele. Atsumu es meticuloso y lento, claramente diciendo que no busca lastimarlo.

Se miran fijamente, Shoyo jadeando casi inaudible cuando la mano de su novio toca su pecho, sintiendo por completo la cálida palma de Atsumu abrasando sus pulmones.