Cuando desperté me sentí peor que nunca, extraña. Tenía más cables raros conectados a mí, también oxígeno entrando directamente a mi sistema.
La doctora Brown había sido la primera en verme despertar, y se había ido después de haber intentado que firmara unos papeles para que me hicieran otra operación. Yo me había negado. No quería que me hicieran nada, así me moriría sin necesidad de hacer ningún esfuerzo.
Los cuatro doctores que me habían atendido desde un principio se acercaron a mí, unos más serios que otros.
-Te hemos traído esto -habló la doctora Brown, sonriéndome de forma suave, tendiéndome un par de dientes de león. Servían para calmarme, no para hacer chantaje. Yo estaba más calmada que nunca-. Veníamos a proponerte.
-Lo siento, pero no. Y gracias por las flores -acaricié sus tallos, alzando la vista-. Señorita Brown, ya le dije antes que no iba a firmar, no lo haré ahora.
-Pero Eleena, si no te hacemos la operación morirás tarde o temprano, no hay forma de que eso se solucione sin la operación.
-Si que la hay, muriéndome como lo hicieron mis padres y mi hermana.
-Eleena... -Neil me miró con tristeza, cruzado de brazos-. ¿Por qué?
Hice girar los dientes de león sobre sí mismos, suspirando. Porque estaba harta de todo aquello, no me quedaba nada bueno excepto una persona, y no quería seguir molestándola. Porque nunca lograría lo que llevaba todo el tiempo soñando, porque lo había perdido absolutamente todo menos mis problemas.
-Estoy cansada, cansada de todo esto... -hablé en un hilo de voz-. Estoy harta de todo y quiero desaparecer. No pienso firmar eso para que me salvéis la vida. Quiero morirme.
-¿Eso fue sarcasmo? -le sonreí con algo de ternura a Shaun, negando.
-No, me temo que no -suspiré mirándolo-. Lo digo completamente en serio y yo no... dudo que me eche atrás con esa decisión.
-¿También es por la depresión y la ansiedad? -agaché la cabeza-. Hemos visto tus cortes, eran anteriores al accidente pero algo recientes... y estaban hechos con un arma blanca que supongo que sería algún cuchillo pequeño o navaja. N-no te preguntaré si estás bien, pero el doctor Meléndez me dijo que deberías visitar el psicólogo.
Vi cómo Neil le dirigía una mirada seria, dirigiendo después su vista a mí.
-Disculpa a...
-No tengo que disculpar nada, tiene razón y está bien ser sincero -suspiré jugando con mi colgante-. Entiendo que esta situación no sea agradable para vosotros como cirujanos, pero yo no firmaré eso.
-¿No podemos cambiar eso? -miré a la doctora Brown, extrañamente el otro doctor, Jared, había salido de allí-. ¿Nada puede hacerte cambiar de opinión?
-Si podéis, pero es complicado, no os merece la pena -los miré-. Antes solo cuatro personas podían, ahora solo una y me temo que será complicado que venga, y si llega a hacerlo le rezo a cualquier cosa que esté arriba mirando porque no venga a tiempo.
-Me parece que lo que quieres hacer es de cobardes -habló Shaun de nuevo, llevándose miradas incrédulas de los otros dos doctores-. Deberías enfrentarte a los problemas y tratar de ser feliz, aunque cueste. Steve y yo escapamos de casa para ser felices, deberías tratar de hacerlo tú también -se quedó mirando un punto fijo mientras se balanceaba, jugando con sus manos-. Quizás con ayuda de otras personas puedas hacerlo.
Abrí la boca para decir algo, pero la cerré de inmediato con los ojos cristalizados. Quizás tenía razón, ¿pero qué persona podría ayudarme a mí a lograr eso?
Jared entró de nuevo en la habitación con su móvil en la mano, mirándome con la respiración agitada.
-Tienes una llamada, quieren hablar contigo.
{🥀}
Los doctores salieron de la habitación, dejándome con el teléfono en la mano. Lo apegué a mi oreja y esperé a que dijera algo. ¿Quién podía ser?
- ¿Hola? -me tapé la boca con los ojos cristalizados, era ella-. Eleena, ¿estás ahí?
-Ho-hola, Stella.
- ¡No puedo creerlo! Eleena, te he echado tanto de menos. Cuando el doctor me dijo que estabas en el hospital y... y... Por todas las balas del mundo, lo siento tanto...
Stella era una criminóloga, así que ya entendéis un poco más el por qué de aquella expresión.
-No es tu culpa, estrellita... Algo... algo se cruzó y...
-Shhh... Tranquila. Por cierto, mi flor, me dijeron que tenían que operarte y que no firmaste los papeles para ello...
-Stella, por favor... Y-yo... Sabes que mis problemas son muy complicados de solucionar, llevo años tratando de hacerlo... ¡Incluso me despidieron! Y ahora tengo la oportunidad de borrarlos sin ningún esfuerzo... Lo siento muchísimo, sabes que te amo, que eres la mejor amiga del mundo pero...
-No quiero escuchar nada más, cállate. Vas a firmar esos papeles, te mejorarás, publicarás tus libros, me vendrás a recoger al aeropuerto y viviremos juntas, como cuando íbamos a la universidad. ¿Lo entiendes? Eleena, te queda muchísimo que vivir, que conseguir...
-Stella...
-No. Déjame terminar. Tienes que enamorarte, salir de fiesta, emborracharte, hacer más amigos... Desde niñas me dijiste que querías formar una familia, casarte y ser la tía rica que mimara a sus sobrinos mientras le leía sus libros e historias inventadas_ -solté un sollozo-. _¡Tienes que firmar, Eleena! Porque si te encuentro muerta, juro que te reviviré gracias a un pacto con el diablo para luego matarte yo misma
Sollocé de nuevo, pasando una mano por mi rostro.
-Eres una auténtica idiota... ¿Viste lo que me haces hacer? Por favor, llámame más, estrellita...
- ¡Sí! Lo haré, florecita. Te amito mucho, hablaremos dentro de poco
-T-también te amito mucho, ... -sonreí, colgando mientras limpiaba las lágrimas.
Los doctores se acercaron a mí cuando dejé el teléfono. Seguramente me hubieran estado observando.
-¿Y bien? -preguntó el doctor Murphy-. ¿Por qué llorabas? ¿Estás triste de nuevo?
-N-no... -sonreí, quitando unas lágrimas-. Es... es de felicidad. Lloro porque la llamada me ha hecho feliz.
-¿Eso significa que...?
-Sí, doctora -suspiré, pasando una mano por mi rostro-. Firmaré eso y me iré cuanto antes a casa. Tengo que buscar un nuevo trabajo.
Sé que este cap es cortito, pido perdón. Pero así ya saben un poco más de Eleena y Stella, entre esas cosas que Eleena no se va a morir, estaría bien matar a mi protagonista recién empezada la historia... Solo os digo que el número 37 es un buen lugarnpara mudarse, sobre todo cuando el amor de tu vida tiene un número cercano... ¡No dije nada! Nos vemos en el próximo capítulo, estrellitas.
Nyx <3
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𝐃𝐚𝐧𝐝𝐞𝐥𝐢𝐨𝐧𝐬
Fanfiction||𝑳𝒐 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒓𝒂 𝒄𝒂𝒑𝒂𝒛 𝒅𝒆 𝒄𝒂𝒍𝒎𝒂𝒓𝒍𝒂 𝒆𝒓𝒂𝒏 𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒆𝒐́𝒏, 𝒐 𝒂𝒍 𝒎𝒆𝒏𝒐𝒔 𝒉𝒂𝒔𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆́𝒍 𝒍𝒍𝒆𝒈𝒐́ 𝒂 𝒔𝒖 𝒗𝒊𝒅𝒂. Eleena Summers siempre había sufrido, durante toda su vida. La...