Capítulo 5 - Parte 1.

74 5 1
                                    

5.

La campana de fin de hora sonó, por fin, y Maddie con todas sus esperanzas intactas juntó sus cosas y salió casi atropellando a la multitud de alumnos que se arremolinaban en la puerta. Se puso sus mochila al hombro y comenzó por el pasillo. No sabía dónde encontrar a un chico como Edward; en si era el típico "rebelde" así que podría estar junto a todos los rebeldes y chicos malos que había visto en su recorrido con Louis, ellos se juntaban en lo mas alejado del campus a hacer lo que quiera que hicieran.

Aunque, pensó, tambien era un chico inteligente, podría estar estudiando en la biblioteca o mucho mas temprano en el salón de clases que tuviera después del receso.

Estaba mas perdida que cualquier otra persona en el mundo. Siguió caminando por el pasillo, en algún lugar lo encontraría y si no, no se rendiría. Aunque estaba muy segura de un lugar donde NO lo encontraría... Hasta que fué ahí mismo donde lo encontró.

Era una de las mesas mas llamativas de todo el lugar, tenía un mantel rosado cubriéndola, pastelillos y cajitas de jugo de manzana o lo que sea. Sin duda era bastante femenina, y lo que la complementaba eran las cuatro chicas que estaban sentadas allí junto a él. Una pelirroja de cabello demasiado largo, una que tenía aspecto de niñita de cabello castaño claro, una morocha y una rubia que jugaba con el cabello de Edward, raramente sin importarle la manera en la que él reaccionara. Parecía demasiado aburrido ya que solo tamnborileaba un lápiz en la mesa y descansaba su mejilla en su otra mano. Las chicas se rieron y él solo sonrió a medias.

Maddie se acercó lentamente con una ceja levantada, se posicionó frente a él y no esperó a que él la notara, llamó a su nombre con un tono de ligera burla.

—¿Qué haces aquí?— preguntó él ignorando el rostro casi celoso de la rubia.

—¿Podemos hablar?

La rubia levantó una ceja perfectamente depilada a Maddie, luego a Edward y luego hizo una mueca a sus amigas.

—¿Qué quieres hablar con mi osito, querida?— preguntó ella tomando del brazo al castaño con mas fuerza, él hizo una mueca apenas visible.

—Tranquila, Emily. — dijo él levantandose de su asiento. —Ya vuelvo.

Maddie rodó sus ojos y lo siguió hacia detrás de un árbol. Casi no había gente allí así que podría preguntarle lo que quería sin que algún fisgón metiera la pata y le dijera a Luke que hablaban sobre él.

—¿Qué quieres?— preguntó él ahora impaciente.

—Quería preguntarte algo que, seguro, que tu sabes.

Él arqueó una ceja y pareció pensar un segundo.

—¿Sobre Luke?

Ella asintió.

—Qué lástima, si sé algo, no te lo diré.

La boca de Maddie cayó abierta, no se veía venir eso.

—Por favor, Edward. ¿Sabes que vine solo para estar con él? Desde que nos separamos estoy, practicamente pensando en él, cada segundo... Pero ahora es... Lo siento algo diferente y...

Él soltó un resoplido.

—¿Qué quieres que te diga, exactamente?

Maddie pareció pensarlo un segundo, que a Edward le pareció toda una hora. Se debatía en su interior, había estado esperando esté momento desde esta mañana cuando él había corrido sin razón en vez de abrazarla y besarla como solía hacerlo. Quería sacarse la duda que estaba martillando en su mente desde ese momento, pero... A la vez no quería hacerlo.

—¿Luke esta engañandome? ¿Lo está?

Él hizo una mueca y miró hacia algún otro punto lejos de ella. ¿Le decía? ¿No le decía? Le daba igual lo que iba a pensar su hermano, le daba igual si ella quedaba destrozada. ¿Podría ser tan cruel de decirlo?

—Si, te engaña con Miley.

Emily adoptó una nueva mueca desde que Edward se había ido junto a esa chica, si bien no eran novios aún la chica esa se lo estaba robando. ¿Como podía?

Hizo ademán de levantarse del banco, pero sintió una mano sosteniendo su brazo.

—¡Emily, no!— dijo Adeline, la bonita pelirroja que estaba ahora, sentada a su lado.

—Edward es MIO.— respondió la rubia con un puchero. —¿Por qué esa chica se lo llevó? ¿Quién es?

Treena, la morocha con el peinado afro, rodó los ojos mientras se metía a la boca su cuarto pastelillo. Ahora el turno de hablar fué de Ámbar: —Deja de acosarlo, Em. Quizás es solo una amiga, y si haces una escena, puede que ya no te vea de la misma manera, ya sabes, nadie quiere a una acosadora.

En cierta forma tenía razón, no podía dejar que él la vea así, arruinaría todo.

—Entonces, me quedo aquí a esperar que vuelva y me diga que terminamos.

Adeline llevó una mano a su frente. —No se puede terminar lo que nunca empezaron, Em.

Emily bajó la mirada, otra vez tenían razón. Las preguntas se acumulaban en su mente, pero pensó que sería mejor retenerlas y esperar.

Fueron diez... no, quince tortuosos minutos en los que Emily esperó a que su chico malo llegara y le dijera que todo estaba bien. Alzó la mirada justo cuando Ámbar le sonrió y miró de manera cómplice a la izquierda, allí estaba él, llegando directamente a su mesa. Si fuera un dibujo animado de seguro aparecían corazones en los ojos de Emily.

Edward se sentó y comenzó el cuestionario de parte de la rubia. ¿Quién era ella? ¿Qué quería? ¿Se conocen?, a todo esto Edward había contestado con una mueca rara así que decidió dejar de preguntar, por el bien de todos. Había visto a Edward enojado, y no quería que sus amigas presenciaran lo mismo. Respiró hondo y se guardó todo lo que tenía, otra vez.

Pero había algo diferente ahora en él, podía notarlo aunque no hiciera ninguna pregunta. Si bien siempre parecía "misterioso", nunca estaba de esa forma. Parecía nervioso, pensativo (mas de lo común), incluso se podría decir que estaba en otro mundo. Quizás en otro mundo en donde la chica esa era la reina y él su sirviente. La simple idea hizo que Emily se disgustara, pero no... Ella podría ser mejor que cualquier otra chica, de eso estaba segura e intentaría cualquier cosa para que nadie pudiera quitarle a su "osito" de su lado.

Voy a seguir con este capítulo despues porque no tengo ni tiempo ni imaginacion.  Besos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 19, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

AlteregoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora