Los últimos días de este mes han sido larguísimos, tanto que no veía el final. El día anterior había estado en una de las mejores pasarelas en el mundo, modelando para una gran firma de Giorgio Armani. Fue algo muy forzado, estuvieron a punto de dejarme fuera por el entorno de mi último mes, aquí en el mundo de la moda no hay lugar para enredos; lástima que yo estaba hasta el cuello con ellos.
Por otro lado, me encontraba en mi agencia, dónde Vega hablaba hasta por los codos, mientras yo pensaba en mis problemas. Algo bastante extenso para pensar.
«Esto te hace más figura.»
«Esto te resalta mejor.»
«Esto no te favorece»
Me dio algunos consejos, pero siempre hacía lo contrario. Hasta la aparición de mi asesor: Alexis.
-¿Han decido lo que se van a poner para la cena? -el rubio llega con bandejas de comida, haciendo más voraz el hambre de todo el mundo.
-Estoy entre el negro con escote y el rojo carmesí -Vega señala los vestidos en el gran sillón de la habitación .
Ella siempre conseguía lo que buscaba en segundos, en cambio a mí me costaba décadas.
El rubio asiente, tomando las prendas y se retira para apartarlas, tarareando una melodía.
-¿Y tú, Alyssa? -miro dudosa el vestido celeste pastel en el maniquí.
No me permití dudar mucho y tomé una decisión, estaba cansada de los rodeos.
-Pues me gusta ese -lo señalo, antes que mis pensamientos se vuelvan un remolino y termine buscando otra prenda y así, hasta conseguir un ciclo sin final y una crisis existencial,
Él regresa y al escuchar mi decisión me regala una sonrisa dando a entender que elegí bien.
-Me gusta, pero me gusta más el descubierto en la espalda -se acerca al maniquí para quitarlo con una sonrisa.
-Pues ahora solo falta arreglar el maquillaje, peinado... Ah el salón de belleza, deben cuidarse - el rubio enumera todo lo que yo debía hacer -. Sin contar las sesiones de fotos de mañana por la mañana, la entrevista y por cierto... -me mira, alzando la mirada para hacer énfasis en su último recordatorio verbal -. Le envié por mensaje lo que Fiorella quiere que hagas, Alyssa.
Suspiro con tan solo pensar en todo lo que debía hacer; mi vida es una mierda. Vega por su lado elegía más y más prendas.
Me sentía frustrada por las cosas que han pasado hace un mes, necesitaba un descanso o al menos un poco de comprensión. Extrañaba demasiado tomar mi móvil y jugar con el hasta que los ojos me duelan, sin que alguien me interrumpa o tomarme una taza de té en la terraza, podría decir que hace unas semanas que no he desayunado; no tenía tiempo o cabeza.
-¿Debo hacerlo dentro de 24 horas? - Hago un puchero, el trabajo me estaba desgastando y con tantas cosas que hacer solo quería relajarme, como he dicho - . Por favor, Alexis. Déjame tomar un día para descansar.
-Sé que en este momento estás abrumada por lo de Dean, cariño. Pero es tu trabajo -me entrega el vestido ya empacado.
Ruedo los ojos al escuchar a ese individuo. Rendida y cansada me levanto del puf gris y le doy un beso de despedida en la mejilla con algo de recelo por no cumplir mi petición, pero lo entiendo, era su trabajo.
-Está bien, gracias de igual manera, nos vemos mañana. Tengo un largo día para lamentarme.
Estresada, malhumorada, hambrienta, cansada y con calor salí de la agencia de modelaje para la cual trabajo desde año y medio atrás, desde lo lejos diviso mi automóvil, un BMW ni tan lujoso ni tan ordinario, pero al lado de los autos de toda Roma no era nada ostentoso, pero era mío y lo amaba por llevarme a todos lados con aire acondicionado sin sudar
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The Imperial (Español)
RomantiekAlyssa tenía todo controlado hasta que su novio la engaño, lanzandola a la boca de todo el mundo y ante todos los medios, intentando dejar su nombre por lo bajo por un error ajeno. No quedo en esa posición por algún motivo sentimental. Bueno, claro...