CAPÍTULO 2: CAMBIOS

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EIDER

Odio los cambios.

Tener que cambiar de ciudad, de casa, de amigos.

A mi padre le habían asignado otra misión en otro país distinto. Ser agente del FBI en cubierto tiene consecuencias. Ya van siete mudanzas en lo que va de año y muchas veces me pregunto porque no podemos quedarnos en un sitio fijo y que se vaya él pero la respuesta es clara. Mi madre esta tan sumamente enamorada de él que no puede pasar más de dos días sin verle.

Mis padres llevan casados 25 años. Se casaron cuando mi madre tenía veintidós y mi padre veintitrés por lo tanto ahora tienen cuarenta y siete y cuarenta y ocho años respectivamente. Yo nací dos años después de su boda y he aquí con veintidós años a punto de cumplir los veintitrés. Mi hermana Laura nació años años después que yo con lo cual ahora solo es una mocosa de catorce años.

Estudio criminología y no puedo decir un sitio exacto porque no he echo más de un año de carrera en ninguna parte.

Esta vez nos mudaríamos desde Madrid donde había estado viviendo casi diez meses hasta París. Lo que me faltaba.

Si ya odiaba ver a mis padres tan acaramelados no me los quiero imaginar en la ciudad del amor, aunque no se porque la llaman así. Yo he venido un par de veces y no le encuentro el encanto.

He de decir que el amor lo único que me produce es asco y repulsión absoluta. No creo en eso de enamorarse tanto de una persona que cambies completamente tu actitud y dejes que sepa todo de ti y ni hablemos de ser romántico y tener detalles, es asqueroso.

Me pasé todo el camino desde el aeropuerto hasta mi nueva casa con mi música puesta y unas gafas de sol aunque fuera ridículo llevarlas porque parecía que iba a llover.

Cuando se paró el coche, bajé la ventanilla y allí estaba; otra nueva casa, otras nuevas 4 paredes a las que me tendría que acostumbrar para luego volver a irme.

Era una casa grande. Por fuera era negra y por dentro los muebles seguían siendo negros y el suelo blanco, había muchísimos ventanales que le daban luz a toda la casa. Subí a la que sería mi nueva habitación, contaba con una cama de matrimonio inmensa, una ventana desde la que tenía vistas a la calle principal, algunas estanterías y un escritorio.

Me puse a colocar todo lo que traía que era poco ya que al cambiar tantas veces aprendes a quedarte con lo imprescindible. En el escritorio coloqué mi PC y la play station, en las estanterías puse los libros de la universidad y algún libro de misterio; son mis favoritos y en la estantería sobrante coloqué mis discos, soy fan de tener discos físicos así puedo llevármelos y usarlos en cualquier parte aunque tenga Spotify en el móvil.

A la mañana siguiente me levanté, me pegué una ducha rápida baje donde estaba mi madre me preparé un Colacao porque detesto el café.
Cuando terminé, cogí mi coche y puse el GPS para que me indicara el camino que debo tomar desde ahora todas las mañanas.

Tengo que admitir que la universidad es bastante grande y hay muchísima variedad de alumnos que se distinguen fácilmente.
Por un lado veías a aquellos que se creen mejor que los demás por llevar ropa de marca, están aquellos que estudian aquí por su propio esfuerzo y trabajo y luego están los que les da igual porque la universidad se la pagan papá y mamá.

Si es verdad que a mi me la pagaban mis padres pero si me importaba la carrera, quería entrar en el FBI con mi padre y trabajar de esto. Por ello me tomo muy enserio todo lo que conlleva. Cogí la mochila que tenía en el asiento trasero del coche que no era menos que un Audi A7 en negro mate y me adentré en la facultad. Fui a secretaria para buscar mi horario y que me explicaran un poco entre que aulas debía moverme porque siendo sinceros en estos momentos no tengo ni idea.

Las miradas me incomodan pero ya estoy acostumbrado, un chico como yo castaño rubio con un color de ojos entre verde y amarillo y con una altura considerable no se ve todos los días. Todas las chicas se giran para mirarme y eso es algo que me sube el ego de una manera impresionante.

Mi primera clase fue con la Señorita Williams que daba medicina legal y forense en segundo grado. Cuando entré estaba todo el mundo sentado observando la pantalla y tomando los apuntes que estaban proyectados.

Me tuve que sentar en la quinta fila porque era el único hueco que quedaba libre. Saqué mi MacBook y comencé a escribir las ideas principales de todo lo que iba explicando mi nueva profesora.

El día pasó rápido y llegó la última hora que era derecho con un tal Señor Jonhson. Me senté en una mesa lo mas apartada posible del resto y esperé a que llegara.

Una chica con un vestido blanco que realmente se veía bastante caro se sentó dos asientos más a la izquierda que yo y me asombraba ya que la gente suele colocarse en el medio para ver mejor la pizarra digital.
Me quede mirándola de reojo, llevaba ropa cara pero no era de esas que se creían mejor que el resto.
Pasó la hora, cogí mis cosas y me fui a casa. Avancé todo lo posible los apuntes, estábamos a 18 de abril y quedaba poco para acabar el curso.
La tarde pasó rápido mientras escuchaba la mejor música del mundo: ROCK.

Así fue mi primer día aquí, inspeccionando todo lo que me iba a rodear durante un tiempo, no sabía cuánto sería pero dos o tres meses seguro.

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NUEVO CAPÍTULO
Aquí podéis ver un poco la perspectiva de Eider de todo esto. Es completamente distinto a Rose ¿verdad?
Espero que os guste
Att: R

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