CAPÍTULO 6: RABIA

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ROSE

Domingo 20 de Abril.

Me he levantado tardísimo. Son las doce y media de la mañana y estaba todavía en la cama. Hoy tengo muchísimas cosas que hacer y podría haberlas acabado ya de no ser porque alguien me entretuvo anoche. EL IMBÉCIL DE TURNO

Si que es verdad que dos personas no mantienen una conversación si una de ellas no quiere pero me dio tanta rabia el comentario que hizo en mi trabajo que al ver su Gmail tuve una necesidad interna de contestar y se fue alargando.

Fui a mi vestidor y cogí un chándal gris que me quedaba bastante ancho y una sudadera granate lisa. No voy a arreglarme mucho para ir al supermercado. Me hice un moño mal hecho y esta vez fui andando, solo está a 10 minutos.

En el trayecto estuve escuchando música aunque mucha atención no le estaba poniendo. No se porque estoy pensando en Eider pero aquí me encuentro.

Tiene algo de razón en lo que me dijo anoche; es muy guapo.
Pero no pienso demostrárselo nunca. Llama la atención, es cierto. Su metro ochenta y cinco destaca, todos los chicos tienen una altura importante pero Eider además tenía un cuerpo bastante corpulento; se notaba que iba al gimnasio y los brazos lo demostraban. Su espalda también llama la atención, es perfecta desde mi punto de vista.
Las facciones de su cara son de otro nivel. Tiene el pelo castaño claro como ya dije, lo tiene largo y bien repeinado a veces en un tupé o a veces alocado además si quisiera podría hacerse un kiki. Tiene mechas rubias pero se disimulan bastante, solo se notan si te fijas bien. Sus ojos son de un color verde oscuro pero el amarillo le contrasta consiguiendo un color claro muy potente. Tiene también barba pero recortada.

Parece raro que pueda detallar tantas cosas de él tan solo habiéndole visto dos días pero me han sido suficientes para fijarme en todos estos detalles. Tenerle de frente mirándome durante dos minutos de una manera tan intensa fue lo que lo hizo posible.
Admito que no es mi prototipo de chico que suele ser rubio con ojos azules pero hay algo en Eider que.. no se porque pero me atrae físicamente.
Solo por su arrogancia al hablar y creérselo no pienso admitirlo delante de nadie.

Sumergida en las ideas que rondan por mi cabeza, mejor dicho la persona que ha ocupado mi mente choco con alguien de frente.
Cuando alzo la mirada me encuentro con la persona que estaba ocupando ese sitio en mi cerebro.

- ¿Pensando en mi Rose? - dijo una voz llena de chulería, arrogancia y picardía.

Reconozco esa voz. Reconozco esa silueta. Eider.

- Jamás imbécil - consigo decir. ¿Cómo podía ser tan...? ugggh que rabia me da que se piense que es el centro del universo.

- Di lo que quieras pero los dos sabemos la verdad - me dijo justo antes de darle una calada al cigarro que tenía en la mano derecha.

- ¿Me dejas pasar? Tengo prisa - le dije. Pero el tenía otros planes. Se interpuso en mi camino con tal de no dejarme. Menuda pesadilla.

- ¿Qué haces aquí? - me preguntó.

No quería responderle. Tenía demasiada prisa y no quería estar cerca de él.

- ¿Te ha comido la lengua el gato? o es que ¿Te pones nerviosa cuando me acerco a ti? - dijo para segundos a continuación dar un paso hacia adelante y colocarse a tres centímetros de mi consiguiendo que nuestros cuerpos se rozaran.

Saco fuerzas de donde no las tengo y aún teniéndolo tan cerca consigo contestar.

- No me causas nada, así que quítate del medio. Por mucho que lo intentes y te pongas cerca en tu intento de provocar nunca conseguirás nada. Me das asco - le dije y acto seguido le aparte poniendo las dos manos en su torso y siguiendo mi camino hacia delante.

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