CAPÍTULO 5: COINCIDENCIA

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EIDER

Hoy es sábado, sexto día de la semana y primer día en el que puedo descansar y hacer lo que me de la gana.

Me levanté de la cama y bajé las escaleras con intención de ir a la cocina y coger algo de comer. Todavía no me acostumbro a esta casa, tiene una decoración impecable.

Al entrar por la puerta de frente hay unas escaleras blancas con las barandillas en negro. El suelo es un precioso parqué negro. A la derecha de las escaleras se encontraba el salón que está formado por un sofá colocado a la izquierda y otro en el centro formando un semi cuadrado donde se encuentra una alfombra en color beis enfrente de la chimenea rodeada de ladrillos blancos. Todo era un contraste entre blanco y negro, la sencillez de los polos opuestos.

Si miro a la derecha del sofá me encuentro con la mesa de cristal blanca y sus ocho sillas a juego que dan paso a un ventanal enorme desde donde se puede ver el jardín. Dicho ventanal cuenta con unas cortinas en color beis recogidas a cada lado.

A la izquierda de las escaleras esta la cocina, decorada como lo anterior. Todos los muebles y estanterías en blanco y la isla central es de mármol blanco, además encima de la vitrocerámica hay una pequeña ventana con un store en un tono gris claro.

Al subir por las escaleras me encuentro con un pasillo enorme donde primero a mano izquierda esta la habitación de mis padres, más adelante también a la izquierda está la de mi hermana Laura y por último esta la mía pero en el lado derecho siendo la mas grande. Al principio del lado derecho esta el baño pero se usa poco porque cada uno tiene el suyo personal dentro de cada cuarto.

Termino de beberme un Colacao medio caliente en mi taza favorita y subo a vestirme porque hoy aprovecharé para comprarme algo de ropa ya que de Madrid traje lo justo y necesario. Cojo mis llaves del coche y me voy al garaje.

Diez minutos más tarde aparco en un parking del centro de París, me encuentro en una de las zonas comerciales más importantes de toda la ciudad. Pongo el ticket del parking y avanzo hasta la salida siguiendo las indicaciones que hay pintadas en el suelo.

Tengo que admitir que la avenida de los Campos Eliseos es la zona comercial perfecta; tiene tiendas caras y tiendas de precio estándar, también cuenta con restauración e incluso alguna tienda de videojuegos o incluso de coches.

Primero voy a Zara donde me compro unos pantalones vaqueros negros pitillos, una camiseta blanca básica, unos pantalones de vestir negros con rayas blancas muy finas y una sudadera color granate lisa. Después entro a Guess donde lo único que me compro son unas deportivas por último entro en Chanel.

Cogí una chaqueta de cuero negra, unos pantalones de vestir y una camisa blancas. Me gusta tener una para ocasiones especiales. Me pongo a la cola de la caja y cuando llega mi turno me llevo una grata sorpresa al encontrarme con Rose.

- ¿Qué haces aquí? - pregunté todavía sorprendido por lo que estaba viendo de frente.

Ella estaba vestida con unos pantalones negros de vestir, bastante ceñidos a su cuerpo y una camisa blanca perfectamente colocada y metida por dentro del pantalón. No alcanzo a ver que zapatos usa hoy pero esta distinta, lleva una coleta alta perfectamente hecha y también maquillaje pero solo rímel y un brillo de labios no muy exagerado.

- ¿No es obvio? Estoy trabajando - contestó ella a mi pregunta de una manera amable y sonriente. Estaba claro que me estaba respondiendo así por puras órdenes de la empresa.

Cogió la ropa que había elegido y fue cobrándolas una a una hasta que por fin terminó metiendo todo en una bolsa junto y dándole la vuelta al datáfono para que pagara.

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