Joyas de Guerra ©

Capítulo 9

《Confíen en el》

"Este capítulo es demasiado corto"

El clima en México era demasiado bipolar, en la mañana hacia frío, pero ya en la tarde te andabas derritiendo por el calor. Odio cuando hace demasiado calor, ya que no me gusta estar todo el día sudando y es demasiado desagradable para mi gusto.

Nicolo estaba con Adrián alistando todo el cargamento para salir en un par de horas mientras que los demás estábamos checando nuevamente los planos del lugar a donde iríamos.

Elian y Nix estaban disque hablando el idioma "Mexicano" porque así es como le dicen ellos, y yo ya traté de explicarles miles de veces que no es idioma "Mexicano" y lo que me da risa es la forma en que lo hablan.

—Que onda—. Le saluda Elian a Nix.

—Hola.

—¿Es en serio? —me estaban comenzando a irritar.

—Al rato vamos a ver unas nenas, ¿o qué?

—Si vuelven hablar así les juro que les voy a meter una bomba en el culo.

—¿No te gusta que hablen así?

—Me estresa que las personas hablen de esa manera y a demás, nosotros no hablamos así.

—Es divertido hablar así —toma su tableta y empieza a buscar más palabras para decir.

—Ese rato me hicieron decir que chingue su madre el América.—ladea su cabeza con cara de confusión —¿tanto odian el continente americano?

—No se refieren a eso.

—¿Entonces?

—Las personas de aquí tienen esa costumbre —empiezo a explicar. —de que cada que ven a un extranjero le hacen decir que chingue su madre el América pero no se refieren al continente americano, aquí en México tenemos a un equipo de futbol llamado América o las águilas del América, este equipo es amado y a la vez odiado por muchos ya que según ellos compran a los árbitros para que puedan ganar y por esa y entre más razones es que cada rato le mientan la madre o porque ya se les hace costumbre de hacerlo.

—Ahora entiendo todo.

—¿Y tu que equipó le vas Perséfone?

—Al América.—tengo una colección de camisas autografiadas por todo el equipo.

—¡Naca! —grita mi hermana del otro lado.

—Mira mejor cállate por que tu estás peor ya que le vas a las chivas.

—Pero es mejor que tu equipo tramposo.

—Quisieras.

—Oye Perséfone.— Elian y Nicolo se empiezan acercar a mi y cada uno me toma del hombro 

—¿Te gusta mi hermano? —todos al escuchar voltearon a vernos.

—No, ¿por qué lo dicen?

—No mientas.

—No estoy mintiendo.

—Si lo estás haciendo.

—¡Suban a la camioneta! —Mauricio nos llama del otro lado mientras pone en marcha una de ellas.

El viaje fue un poco largo, cada quién ya tenía puesto su tipo pasamontañas para que no se les pudiera distinguir todo el rostro. Cada que íbamos avanzando las personas se les quedaban viendo a las camionetas pensando que empezaríamos con una masacre en lugar.