GUERRA SOBRENATURAL (countryhumans)

《temor》

En un gigantesco patio, los países se encontraban reunidos para su primer entrenamiento.

Todos, excepto una.

—Hola —se sentó junto a la bicolor.

—Así que otra vez lo usaremos —dijo con una falsa sonrisa.

—No tienes que fingir conmigo, sé que no estás de acuerdo con esto.

—...—bajó la mirada y soltó un largo suspiro.

—Escucha, si yo acepté fue porque ellos tienen razón. Esa es la única manera de protegernos.

—Estoy de acuerdo en que los demás utilicen sus poderes, pero ONU, yo no voy a participar. —dijo con seriedad.

La organización asintió varias veces, por una parte la entendía y por otra, no.

—Piensa bien las cosas, Perú. Es por una buena causa —. De lejos observó a la OMS con Bolivia e India, enseñándole la posición correcta de las manos —.  Además, ahora tendrán alguien que los supervise.

—Colombia lo está llamando. —miró al nombrando hacerle una seña.

—Luego hablaremos —se alejó.

Perú suspiró con preocupación. Tenía un mal presentimiento, sabía que esto no acabaría bien y estaba segura que el poder que "mami" le heredó no serviría de nada.

—A mí tampoco me agrada la idea de liberar nuestros poderes.

La chica rió con ironía.

—Acabas de leer mi mente, se nota que te disgusta.—dijo con sarcasmo.

—No lo puedo evitar, a pesar de todo se extraña esa sensación de sentirse poderoso.

—No sé cómo pueden estar felices.

—¡y yo no sé como podés ser tan pesimista! —Exclamó extrañado y siguió tratando de hacerla entrar en razon —lo que está pasando en el mundo no es cualquier cosa y esta es la única manera de detenerlos. ¿Por qué se te hace difícil entender?

—Yo...tengo que irme.

—No iras a ningún lado. —dijo FBI con firmeza quien había oido la conversación.

—¿Disculpa? —alzó una ceja, interrogante.

—No queremos más desaparecidos.

—No me siento cómoda aquí y al dueño de esta casa le molesta mi presencia.

Todos miraron a Usa.

—Además, me puedo cuidar yo solita—. Se dirigió a la salida, sin embargo, Japón se interpone.

—No saldrás de aquí.

—Japón, hazte a un lado —dijo con calma.

—He dicho que no.

—A mi hermano no le molesta que estés aquí. —Habló Canadá por Usa, quien en toda la conversación se mantuvo callado.

—Yo también me voy, no te dejaré sola —la miró con una sonrisa.

—Mex, sé cuidarme sola.

—Te dejaría, pero eres terca para usar tus habilidades, así que voy contigo.

—¡Nadie saldrá de este lugar hasta que yo lo diga! —gritó, cansado del comportamiento de los demás.

No era la primera vez que la ONU les gritaba, pero hubo una pizca de frustración en su voz que hizo que todos se mantengan con la boca cerrada.

Soltó un largo suspiró y habló más calmado.

—Nadie te obligará a hacer algo que tú no quieras —observó a la pelirroja—No quiero más desaparecidos.

—¿Cuándo creen que comiencen nuevamente con los ataques? —preguntó Usa, cambiando de tema.

—Ahora no se ha registrado ni un ataque, salvo la explosión de la sede. —intervino FBI —No sabemos en qué momento atacarán, así que más nos vale estar preparados cuanto antes.

—Okey —se colocó unos guantes algo maltratados — a entrenar esos poderes que ya deben estar oxidados.

—como tus guantes. —se rió el australiano.

—para evitar accidentes, la CIA les ha preparado algunos materiales que les ayudarán a la hora de entrenar. —le lanza unos guantes nuevos especialmente para el americano — No queremos que alguien salga herido.

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Hay alguien aquí con vida?