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Cada día era la misma rutina, lo más "normal" y monótono se podría decir, si es que se puede considerar normal los golpes que recibía por parte de mi padre, un alcohólico y agresivo con problemas de ira.

Por otra parte, mi madre, la cual dudo mucho que merezca ese título, siempre observando la golpiza, humillación e insultos que recibía, nunca hizo nada.

Solo me criticaba y gritaba, al nunca revelarse frente a mi padre, su única salida era obedecerle y desquitarse conmigo cuando él no estaba.

Ya se me hizo costumbre ver cómo engañaba a mi madre con otras mujeres, sinceramente no me sorprendería si llega a contagiarle algo.

La única persona que estuvo en mis peores momentos fue mi mejor amigo, Max.

No pude salir, ni siquiera verlo desde hace un par de meses, ya no tenía permitido salir a menos que sea para comprar alcohol o algo por el estilo.

Pero vi algo que me sorprendió, una carta de él, seguro es algo importante, sólo tiene escrito una dirección y un mensaje corto con marcador rojo.

- Empaca lo necesario... hoy te vas de ahí... - Decías entre susurros -

Una oportunidad, no podía desperdiciarla, tal vez sea la única que tenga.

Debo de actuar rápido, empecé a guardar lo único que consideraba valioso para mi.

Salí por la ventana en dirección hacia el lugar que me indicó.

Pov. Max

Esperaba en el lugar acordado, supuse que al no verla de nuevo había ocurrido algo grave, así que tome la decisión de ayudarla a escapar de ese lugar.

He estado investigando durante estos meses un lugar donde ella estaría a salvo hasta que por fin lo encontré, sin embargo leí acerca de los rumores que habitan en ese pueblo.

Ya no había más tiempo de verificar si eran verdad o no, debo protegerla antes de que le pase lo mismo a su abuela.

Se lo prometí.

FLASHBACK

Estaba al lado de aquella mujer, sosteniendo su mano mientras la veía conectada en unas máquinas de oxígeno.

Sabía que no iba a resistir más, y eso era lo que más me dolía. Ella fue como una segunda madre para mi.

- Acércate querido... - Decía con una voz suave y débil -

Asentí con la cabeza mientras me acercaba más hacia aquella mujer, sin emitir ningún sonido o palabra, atento a lo que me quería decir.

- Me hubiera encantado verla crecer a mi hermosa nieta... cumplir sus sueños pero... ya no me queda mucho... - Al pronunciar lo último saca debajo de la manta una carta y se la entrega al joven -

- Y esto... ¿Para quién es...?

- Cuando veas el momento adecuado dásela a mi dulce ________, guardalo por ahora en un lugar seguro...

- Lo haré, se lo prometo.

- Quiero que me prometas una cosa más... protégela a toda costa, ellos vendrán por ella, lo han planeado todo... - La voz se le quebraba por cada palabra, sentía ganas de llorar pero trataba de no hacerlo manteniendo una firme postura -

Emboscada - [Flippy x Reader]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora