Capítulo 2: Salvar

189 21 7
                                    


Un chico de 24 años se encontraba encima de una cama, con las ventanas abiertas de la habitación, penetrando a una chica de casi la misma edad por detrás. El chico se veía furioso, angustiado, y ciertamente daba la imagen de alguien adolorido. Penetró con más fuerza a la chica que tenía debajo, hasta que llegó a su límite.

-AH~- la chica se aportó, agarrándose del cuerpo, agitada. La acción fue muy violenta, errática, fuera de lo que normalmente hacían- Estás...muy violento hoy...-

El chico se posicionó delante de la ventana, sacando un cigarrillo para fumar con el viento aullando, ignorando a la chica de pelo morado detrás suyo. La chica se posicionó a lado suyo para tocarle el hombro, pero este siguió sin hacerle caso.

- Estás así desde hace 5 días, ¿ya piensas decirme qué te pasó?- preguntó, ganándose la mirada del chico castaño.

- Nada agradable- comentó, tirando el cigarrillo por la ventana.

Estaban en el piso más alto de un hotel de cinco estrellas abandonado por sus trabajadores. Dichos trabajadores se encontraban, junto a prácticamente todos los ciudadanos de Seattle, encerrados en un campo de prisioneros creado apartir del concreto de su jefe: Delsin Rowe. En menos de un mes, el hogar de tantos pobladores se volvió en una prisión rodeada por el concreto y por varios superhumanos conocidos como "Conductores".

El Líder era aquel chico que fumó un cigarrillo, para antes absorber su humo con su mano. Se separó de la fémina para irse a ponerse la ropa.

-Delsin, ¿qué te pasa...?- preguntó preocupada su amante.

- Quiero salir a despejarme, Fetch- le contestó, antes de salir en forma de humo con toda su ropa puesta por la ventana.

Intentaba olvidar todo lo ocurrido en uno de los días anteriores, pero por más que quisiera hacerlo el "boom" en su cabeza no cesaba, junto a unas palabras que le decían "Tú ya no perteneces a esta Aldea"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Intentaba olvidar todo lo ocurrido en uno de los días anteriores, pero por más que quisiera hacerlo el "boom" en su cabeza no cesaba, junto a unas palabras que le decían "Tú ya no perteneces a esta Aldea".

Disparó una potente carga de humo contra un coche para hacerlo explotar, el ruido en su cabeza se despejó un rato. Pero solo por unos momentos serviría. Bajando con unas alas majestuosas y azules, aterrizó un chico de lentes con una chaqueta que cubría casi su rostro.

- ¿Estás bien, Delsin?- preguntó el joven ante la destrucción del vehículo.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hancock: Conductores en SeattleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora