Kitsune Monogatari

Capítulo 33: Omega A La Caza

Naruto ignoró el fuerte latido en su cuello mientras cerraba la puerta de la habitación de Sasuke, los recuerdos del clon aún estaban frescos en su mente mientras una mezcla de ira, dolor y pánico se arremolinaba como una vorágine en la boca de su estómago. Apenas se dio cuenta de lo que estaba haciendo su alfa, ni estaba de humor para maldecir a Shisui-san por apuñalar a su clon en el cuello. Todos los sentidos, toda la lógica dentro de él le gritaba que rescatara a su vulnerable e indefenso cachorro. Sabía que no debería haber dejado a su cachorro solo en esa fortaleza. Pero ha dejado a Menma solo con solo un equipo de clones antes y nada ha salido mal.

Incluso cuando solía embarcarse días que abarcaban misiones cuando todavía era Jounin, sus experiencias con Menma han transcurrido en gran parte sin incidentes y pudo concentrarse en sus tareas fuera de la aldea sin muchos problemas. No pensó que fuera complaciente incluso entonces, en parte porque sabe que realmente no hay ninguna amenaza en la aldea en ese momento, especialmente con el cuidado que tuvo al ocultar sus identidades y que no tenía enemigos reales de los que preocuparse en la aldea. Había esperado que esta vez, con Boruto en el corazón del complejo Uchiha, sería incluso más seguro que él con Menma, no solo porque Shisui estaba allí, sino porque la mayor parte de la policía Uchiha, incluso los clones de Shin y sus propios clones estaban allí.

Qué equivocado estaba. El es estúpido. ¿Cómo podía haber esperado que Sakura no se quedara en silencio con todo lo que pasó entre ellos? Con su descarado desprecio por su amistad, tal vez este sea su castigo. Y al final, es Boruto quien sufrió por ello. Las lágrimas amenazaban con derramarse por el borde de sus ojos solo de pensar en ello. Pensar que su hijo ha sufrido a causa de sus pecados. Ya es bastante malo que todavía se aferre a esa culpa de ser la causa del coma de Boruto; manteniendo a su padre alfa lejos de él durante tanto tiempo.

Y entonces Naruto permitió que la culpa y la ira lo consumieran, ira consigo mismo. ¿Cómo podía ser tan egoísta? Egoísta y descuidado. ¿Qué clase de omega sería para permitir que esto le sucediera a su propia carne y sangre? Cerró los ojos con fuerza cuando finalmente se derramaron cálidas lágrimas calientes. Fue entonces cuando fue envuelto por los fuertes y reconfortantes brazos de su alfa.

"Naruto... Amor... ¿qué pasa?" Esa voz suave pero fuerte y aterciopelada era como el agua que lamía los fuegos alrededor del corazón enfurecido del omega. Sintió que el alfa besaba sus lágrimas en un intento de calmarlo.

"Sasuke..." Su voz vaciló... Era pequeña... Gutural... Temblorosa e insegura. Se sentía como un niño perdido para sus propios oídos. Pero en este momento, no se atrevía a preocuparse por cómo se veía. La revelación de los recuerdos del clon lo ha conmovido hasta la médula. ¿Cómo puede celebrar así cuando se llevaron a su hijo, bajo peligro creado por él mismo? Porque le guste o no, Sakura no habría hecho esto si tan solo hubiera cumplido su promesa.

El toque de Sasuke que estaba destinado a ser reconfortante solo se sintió como apuñalar alfileres y agujas que le recordaron al omega lo que había hecho, esa fuerte e interminable culpa que había reprimido durante mucho tiempo y tratado de ignorar.

Su alfa miró al omega, sintiendo que algo andaba terriblemente mal. La aparición del omega fuerte y confiable al que estaba acostumbrado ya no existía y en su lugar estaba un hombre agitado y despeinado. En un instante, supo de inmediato que esto era algo importante. Trató de calmar a su omega liberando su olor, frotando su cuello y glándula olfativa contra la temblorosa nariz y labios del omega. Esto parecía haber funcionado. Sasuke gimió un poco cuando sintió que su omega succionaba su cuello ligeramente antes de sentir que el otro hombre salía de su aturdimiento.

"Boruto…" susurró Naruto contra la pálida piel febril que lo bañaba en un aroma embriagador pero reconfortante. "Sasuke... Tenemos que llegar a Konoha. ¡AHORA!" Sasuke notó un cambio repentino en la voz del omega. Mientras los gemidos dieron paso a gruñidos guturales en una voz casi animal que rasgó los oídos del alfa.