Kitsune Monogatari

Capítulo 23: Es Una Casa, No Un Hogar

"¡No aprecio que no me digas nada Sarada!"

Sakura miró a la chica más joven frente a ella. Ella todavía está furiosa por lo que ha sucedido hace unos momentos. Vio a su hija sola en la sala de estar; descansando después de entrenar con Shisui, Itachi, Menma y Boruto. Las criadas le informaron que Itachi y Shisui habían escoltado a Boruto y Menma de regreso a la casa de Naruto. Y provocó una renovada sensación de ira en el pecho de Sakura. No solo todos en esta familia están del lado de ese maldito omega, sino que su propia hija se está alejando cada vez más de su alcance.

Es como si cualquier control que tuviera en su vida se hubiera desvanecido desde que llegó Naruto. Y ella es una alfa por el amor de Dios. ¿Por qué debería amenazarla un simple omega? Es cierto que Naruto también la había salvado en el pasado innumerables veces, pero eso no cambia el hecho de que ella es una alfa y su hija acababa de pasar la noche con el omega sin su consentimiento.

"Tenía el permiso de papá, mamá. Yo—" Se calló cuando vio que los ojos de Sakura se estrechaban, antes de inclinar la cabeza y mirar al suelo. "Lo siento, mamá. Debería haberte preguntado primero. Pero Naruto-san me invitó a cenar y—" gruñó Sakura mientras caminaba amenazadoramente hacia su hija, con la sangre hirviendo mientras no sentía nada más que pura rabia recorriendo su cuerpo.

¡Naruto esto y Naruto aquello! Ella está harta de eso. ¿Por qué siempre es Naruto?

"¡Ese maldito Naruto, otra vez! Eso es, desde este punto en adelante, tienes prohibido hablar con Naruto, ¿entendido?" Dijo Sakura, sus ojos brillando peligrosamente mientras sus manos se cerraban en puños. Sarada miró la mano, muy consciente del aura peligrosa que rodeaba a su madre. Ella retrocedió contra una pared. Nunca había visto a su madre así. Aunque estaba acostumbrada a ser ignorada, la hembra alfa nunca la había atacado.

"¿Q-qué? Mamá, yo no..."

"¡Sarada Uchiha!" Sakura casi gritó, su voz resonando por toda la habitación, haciendo que la Uchiha más joven se encogiera de miedo ante la rabia inusual que se filtraba de su madre, no acostumbrada a su voz alfa áspera y enfurecida; notó cómo Sakura estaba temblando ahora, pero la cara de su mamá permaneció fría y dura. "Tú no estarás asociada con Naruto otra vez más, señorita ¡Te lo prohíbo! ¿Entiendes?"

Sarada la miró con una mezcla de confusión y miedo, hasta que la voz de Sasuke los atravesó.

"Tienes mucho valor todavía mostrando tu cara aquí Sakura. ¡Y ahora le estás gritando a mi hija! ¡Le di permiso para quedarse esa noche, Sakura! No descargues tu enojo con ella."

Sakura giró la cabeza en dirección a Sasuke, sin esperar que el hombre estuviera en casa tan pronto. Después de ese enfrentamiento con Naruto, fue directamente a la mansión para enfriar su cabeza. Pero ver a su hija solo le recordó cómo Sarada pasó la noche en casa de Naruto. Por supuesto, Sakura sabía que no podría volver a casa temprano ese día, pero esperaba pasar un tiempo con Sasuke y Sarada después de los exámenes de genin, tal vez incluso tener una cena a medianoche para celebrar el ascenso de Sarada a genin.

Para su consternación, los dos nunca volverían a casa esa noche, solo para enterarse al día siguiente, que ambos habían pasado la noche en la casa de Naruto. Esa fue la última gota que colmó el vaso para ella. Así que cuando se enteró de que Sasuke había invitado al omega a cenar, los siguió, esperando finalmente enfrentarse al omega traidor una vez más. Y tuvo su oportunidad, cuando encontró a Naruto solo esa noche. Había esperado poner al omega en su lugar de una vez por todas. Solo que no salió exactamente como lo planeó.

Ahora que esta vez está disciplinando a su propia hija, Sasuke también había intervenido, al igual que el alfa había intervenido cuando ella quería poner a Naruto en su lugar. El mundo es tan cruel con ella. ¿Por qué debe interferir con ella? ¿Por qué todo y todos deben ir en su contra? Pero ella no se someterá, resolvió. Ella es una alfa. Ella no tomará todo esto simplemente acostada. Su dignidad no lo permitiría.