Transmigración: La vida en la granja de un 'tonto (II)

266 - Tristeza

Xu Ran y Liu Tong se quedaron en la habitación después de que Lu Qi se fue. Uno todavía estaba acostado en la cama y estaba tan silencioso que Xu Ran solo podía escuchar su respiración.

Se puso en cuclillas junto a la cama, extendió la mano para tomar la mano de Liu Tong y lo llamó en voz baja.

Xu Ran no dijo nada, pero miró a Liu Tong con seriedad. Se miró las cejas, la nariz, los labios, la cara y todo.

El niño había llegado tan repentinamente y se había ido tan repentinamente que antes de que ninguno de ellos se diera cuenta, se había ido.

Xu Ran quería decir que el niño no tenía destino para quedarse con ellos, pero sabía que era por ellos que el niño se iría.

Xu Ran todavía podía recordar claramente la situación en la que Liu Tong estaba embarazada de Baozi. En ese momento, Liu Tong estaba inconsciente porque estaba demasiado cansado. Lo había cuidado todo ese tiempo para que el bebé pudiera nacer sin peligro. En los años siguientes, Xu Ran ha estado prestando atención a la salud de Liu Tong y ha sido muy cuidadoso.

Pero esta vez, Xu Ran agarró la mano de Liu Tong con fuerza y ​​cerró los ojos. Una lágrima se deslizó por el rabillo de sus ojos, y su rostro estaba todo mojado.

El viaje desde Xu Village a la capital de Yanzhou duró cuatro meses, sin buena comida ni suficiente sueño en el camino.

Cuando llegaron a la capital de Yanzhou, aunque finalmente estaban en tierra, pronto comenzaron a estar nuevamente ocupados. Estaban ocupados decorando la nueva casa, eligiendo muebles y dando vueltas.

Y luego, fue diciembre. Habían estado muy ocupados durante todo un mes sin parar.

Ese niño debería haber estado allí la noche de su segundo día en Yanzhou. Había estado en el útero de Liu Tong durante casi dos meses, pero todavía no podía venir a este mundo de forma segura.

Xu Ran quería arrepentirse, pero no sabía de quién arrepentirse, porque aparte de la sangre continua de Liu Tong, no vio nada más.

Se sentía tan triste y doloroso en su corazón, pero no podía decirlo con palabras.

Xu Ran abrió los ojos, se inclinó para besar la frente de Liu Tong y dijo suavemente: "¡Tongtong, despierta! Aún nos tienes. ¿Lo escuchaste hace un momento? Baozi estaba llorando afuera y estaba preocupado por ti ".

"También están Tangtang y Guoguo. Ellos también deben estar molestos. Probablemente ni siquiera sepan qué está pasando y por qué estás en coma. Y yo también. Tongtong, ¿vas a dormir así para siempre? ¿No quieres volver a verme?

"Tongtong, sé que estás triste. Estás triste porque se fue antes de que supieras que estaba allí. Y yo también estoy triste. Todos estamos tristes, pero lo que más deseo ahora es que despiertes. Así que despierta y pongamos un nombre al niño que no tiene la oportunidad de venir a este mundo, ¿de acuerdo?

"Si no tiene nombre, será intimidado por otros fantasmas incluso cuando esté allí. Tongtong, démosle un nombre y quemémosle un poco de papel moneda, entonces no será intimidado. Tongtong, ¿puedes despertar? Despierta y mírame. No hemos hablado durante tanto tiempo. Te extraño."

Xu Ran no creía en fantasmas, pero en este momento, tenía que sentarse a estas cosas. Estaba adivinando lo que pensaría Liu Tong.

El tiempo pasó lentamente. Xu Ran dijo tantas cosas en los oídos de Liu Tong, desde sus dificultades iniciales hasta los días en que se recuperaron lentamente. También habló sobre su pequeña disputa a lo largo de los años y lo bueno que es Liu Tong en su mente.