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Asgard, una última visita no haría daño a nadie.
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Loki extrañaba cosas, pero esa fue la primera vez que la nostalgia lo invadió desde que dueño de la AVT. Tener un amigo te hace olvidar de muchas cosas, de lo malo, al parecer.
Terminó su parte del trabajo y decidió ir con Mobius, no solo para molestarlo a acusa de su aburrimiento. Tocó la puerta de su gran oficina y nadie contestó, así que simplemente entró.
Comprobó que no estaba al asomarse por la entrada y revisó los papeles que tenía en su escritorio, le llamó la atención las ramas que estudiaba.
Todas tenían fechas distintas y ninguna tenía relación, solo el momento que ocurrieron coincidía. Era estúpido estudiar las ramas que se formaron que se formaron con el incidente del que permanece, hasta su mismo amigo se lo había dicho. ¿Cuándo pasó esto?
Se quedó mirando fijamente una rama que se formó en Asgard, ahí fue cuando la nostalgia llegó.
— ¿Loki?
Se dio la vuelta con el papel en la mano y encontró a Mobius en la entrada. Su amigo se acercó y él no supo que decir.
— ¿Estás bien, Loki? —preguntó algo preocupado al ver que no le hablaba.
— Claro que sí. —respondió confiando y volvió a colocar el papel en el escritorio de forma brusca. Mobius se asomó un poco en el asgardiano y lo notó.
— ¿Y ese papel, amigo?
— Asgar, Vormir, Jotunheim, ¿por qué lees sobre estas ramas?
Mobius no le respondió en un comienzo, él solo se restregó el rostro y lo miró, parecía que buscaba una respuesta.
